lunes, 20 de octubre de 2014

TRES LEYES TRES: NEWTON, THORNDIKE y de “LA MOCHILA”. Publicado en la revista Galope



Me refiero a las tres leyes de NEWTON, las tres leyes de THORNDIKE y las tres leyes que yo llamo de la mochila y que se refieren a las leyes mecánicas que relacionan una masa transportadora con la transportada.
Las leyes de la Mochila, en el único tratado hípico que las he leído es en Comprendre lEquitation de JEAN SAINT FORT PAILLARD
Montamos a caballo, y como cualquier actividad humana, está sujeta a una serie de leyes universales de lo contrario sería un desbarajuste- de distinta índole, y que en este momento me interesa resaltar dos tipos: las de NEWTON y las de la mochila en cuanto a la física/mecánica de la equitación, y las de THORNDIKE en cuanto al aprendizaje del caballo.
El problema es que son tan de nuestra vida cotidiana, que nos olvidamos de ellas,a pesar de que simplemente las aplicamos en nuestra actividad diaria. Pero resulta que si pensamos en ellas, nos ayudarán a montar mejor, que es de lo que se  trata, por la sencilla razón de que nos aclaran ideas hípicas .

 3 Leyes de NEWTON
Primera ley
"Todo cuerpo persevera en su estado de reposo o movimiento uniforme y rectilíneo, a no ser que sea obligado a cambiar su estado por fuerzas impresas sobre é"l (corpus omne perseverare in statu suo quiescendi vel movendi uniformiter in directum, nisi quaetenus illud a viribus impressis cogitur statum suum mutare:  pongo el original latino porque cualquiera lo puede encontrar sencillamente pinchando leyes de Newton en Wikipedia.)
¿En qué nos afecta esta ley en nuestro quehacer a caballo? Empezamos por reducir toda la ley a una palabra: inercia. Nueva formulación de la pregunta: ¿en qué nos afecta la inercia a caballo?  De la  misma manera que cuando vamos en un autobús urbano ¡vaya ajetreo!. Incluso se parece a cuando vamos en un coche de copiloto, en que la inercia nos hace movernos muy a menudo. A caballo ocurre lo mismo, sólo que como estos desplazamientos duran menos y tanbien menos intensos (y sin darnos cuenta nos agarramos muchas veces de las riendas), somos poco conscientes de ello. Sin embargo, el caballo que es el que nos lleva, lo siente cada vez. Como  cuando llevamos a un niño a hombros: él no se entera de nada (bueno sí, de la inseguridad en algunos momentos, por culpa del desequilibrio que le produce la inercia cuando le hacemos algún movimiento brusco) y nosotros de todo, cuando se nos agarra del pelo de las orejas o de las gafas.
Hay que tener en cuenta dos datos importantes: 1º) el caballo pesa entre 7 y 10 veces nosotros (por lo que somos para él como un niño pequeño para nosotros cuando le llevamos a hombros).  2º) Sus reacciones son un tercio mas rápidas que las nuestras (por lo que se hace dificilísimo el acompañarle). Ademas, lo natural suyo es huir por su condición de animal presa (3er dato importante). Conclusión: para el caballo es fácil manejarnos como nosotros manejamos a un niño a hombros y, además, sin ninguna responsabilidad o cuidado hacia su jinete/amazona. Por lo tanto, la inercia nos desplaza sobre la montura mucho más de lo que nos creemos. Desgraciadamente, no le echamos cuenta como decía antes, pero el caballo sí se entera, o sufre, todos nuestros movimientos. No hay mas que ser conscientes de lo que hacemos, queriendo o sin querer, y ponernos en el lugar del caballo. La solución entonces será un asiento perfecto: sobre los isquiones y sin salirse de ellos, luego la espalda nunca por detrás de la vertical; el pie siempre debajo del culo que nos garantiza el equilibrio (al igual que nuestro equilibrio de peatón); y fijeza con los aductores mejor que con las pantorrillas, sobre todo si la inercia es grande debido a movimientos bruscos, como el salto, arreones o vueltas rápidas, incluso en las transiciones. ¿Por qué los aductores? Porque el punto de aplicación de los aductores es mucho mas alto que el de las pantorrillas, con lo cual la acción de la inercia es mínima. Así podemos aspirar a lo máximo como caballistas: la coordinación lo más perfecta posible- de movimientos de caballo/jinete .
Donde más se nota la acción de la inercia es en las transiciones. ¡Qué difícil es la coordinación con el caballo en el momento justo de la transición! ¡Y qué importante! Si el primer tranco de la transición es bueno, el resto fácilmente lo será ¿Y los imprevistos de los caballos?  Estos nos provocan cantidad de desequilibrios por culpa de la inercia (cuando no, más de una caída). Un bandazo de un potro (o de un caballo). Un parón ante un salto, cuando creíamos que el caballo iba a saltar. O una escapada también de un salto, justo en el último tranco.
La inercia existe a caballo. Y nos influye mucho más de lo que nos creemos. ¿Cómo la compensamos de una manera prácticamente inconsciente? Hundiéndonos en la montura y agarrándonos de las riendas, con lo cual el pagano es el caballo. Nosotros no nos damos cuenta pero él sí nos sufre. Incluso con las monturas modernas de doma (modernas porque son de hace menos de un tercio de siglo), mas cortas y muchísimo mas profundas para dejar bien encajado al jinete. A pesar de ello, no le exime de la responsabilidad de ser dueño y señor de su propio equilibrio. (Espero haberme hecho entender)  


Segunda ley de NEWTON
 El cambio de movimiento es proporcional a la fuerza motriz impresa y ocurre según la línea recta a lo largo de la cual aquella fuerza se imprime (el texto original, en latín no en inglés- se puede leer en WIKIPEDIA).
De esta segunda ley , ahora,  voy a prescindir de la primera parte del enunciado, el cambio de movimiento es proporcional a la fuerza motriz impresa, y centrarme en la segunda aserción: ocurre según la línea recta a lo largo de la cual aquella fuerza se imprime
¿En qué nos afecta esta segunda parte en nuestra monta cotidiana? Yo creo que, fundamentalmente, en la rectitud.
STEINBRECHT (Le Gymnase du Cheval) proclama como principios fundamentales de la Equitación: clamo a los oídos de todos los caballistas: monta tu caballo en el movimiento hacia delante y colócale derecho (recto)
El General LHOTTE (Questions Equestres) dice que el caballista debe perseguir tres fines: calma, adelante y derecho (recto). El orden es invariable, absoluto y no hay que buscar el siguiente sin haber alcanzado el anterior previamente 
Y si estos autores, y en general todos, insisten en la rectitud es, precisamente, para cumplir esta segunda ley de NEWTON: la fuerza motriz proveniente del tercio posterior del caballo sólo será plenamente eficaz si el caballo está totalmente recto. De lo contrario, buena parte de dicha fuerza motriz se desperdiciará, que es precisamente lo que ocurre cuando un caballo va torcido.
El Comandant DES SALINS (Epaule en Dedans, Secret de lArt Equestre) afirma: Para obtener el mayor efecto de su potencia, los propulsores deben de trabajar en el eje del caballo. Lógicamente, si el eje del caballo no está bien derecho, la potencia de los propulsores se perderá por el camino (como el eje, o la transmisión, de cualquier vehículo).
En esta segunda ley entra y no creo que sea meterlo con calzador- el tema de las flexiones y cualquier trabajo en incurvación, desde la espalda adentro hasta las piruetas al galope, pasando por todos los ejercicios intermedios: apoyos, etc. Sólo que en un sentido totalmente opuesto. Y me explico:
Parto de la base, como decía al principio,  de que el animal que nos lleva el caballo- pesa, aproximadamente  7/10 veces nosotros, con la consiguiente diferencia proporcional de fuerza; que es un animal que, de natural, siempre va hacia adelante (el sentido de huída, cuando educamos bien al caballo, se convierte en impulsión); con un espíritu de colaboración como ningún otro animal (a la historia me remito); y que, como nos dijo MAREY, es el animal que ha alcanzado la mayor perfección en la economía del esfuerzo (ley fundamental de la evolución). Gracias a todo esto, el caballo sigue siendo el animal que más nos ayuda y colabora a superar nuestros límites. Unos límites que, desde el principio de la domesticación hasta apenas hace un siglo, abarcaban todas las necesidades de supervivencia del hombre y que ahora, aun siendo importantísimo, ha sido trasladado con naturalidad y por exigencia de los tiempos, al campo del ocio. Me remito a una frase de DORGEIX, para mí genial: La presencia del caballo en este deporte, permite al jinete verse como él desea y no realmente como es (sigue siendo superación de los propios límites).
Con todos estos datos resulta que el caballista necesita, no sólo controlar un bicho enorme sino sacarle también el máximo rendimiento o, como suelo decir, el gesto confortable y económico para lo que queremos que haga: nosotros queremos hacer y el caballo debe hacer. (Sin perder de vista lo que dice el Rey absolutista en el capítulo 10 de El Principito: sólo se deben dar órdenes razonables). Mejor manera de conseguirlo: sacando al caballo de su eje, o sea, incurvándole, o sea, flexionándolo (ganar sin luchar) Así, durante el proceso de educación y aprendizaje del caballo, éste no podrá utilizar su fuerza enorme en comparación con la nuestra- para hacer lo que el instinto le dicta, por la sencilla razón de que le sacamos de su eje en ese preciso momento. ¡como si li hiciéramos una llave de jiu jitsu no violenta! Y además, le flexibilizamos, con lo que le hacemos mejor atleta    


Tercera ley de NEWTON:
Con toda acción ocurre siempre una reacción igual y contraria: quiere decir que las acciones mutuas de dos cuerpos siempre son iguales y dirigidas en sentido opuesto
A esta ley se le llama también el principio de acción y reacción
Sobre esta ley hablaré en la próxima lección, centrándome en la acción del jinete sobre la rienda, o sea, acción/reacción de mano/boca


Paz y espero que sirva a alguien.
José Manuel Sales Pons, "el Cura"  

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