jueves, 3 de marzo de 2016

CUELLO Y CABEZA, BALANCÍN DEL CABALLO




Hace siete años escribía sobre “la cabeza y columna vertebral como origen del movimiento”. En ellos, lógicamente, explicaba el papel tan importante del cuello y la cabeza del caballo tanto en su locomoción como en la conducción por parte del jinete.
¿Por qué insistir sobre ello? Han pasado unos cuantos años  y cada vez soy más consciente de la importancia del balancín en la Equitación ¡y lo poco que se sabe de él!
La palabra “balancín” a mí me resulta familiar desde mi más tierna infancia. Los caballistas de entonces –mediados del siglo pasado- solían hablar del balancín cuando se referían al cuello y cabeza del caballo (sobre todo cuando se hablaba de su manejo). Hoy, tal vez, muchos aficionados –incluso apasionados- del caballo, no sepan  qué quiere decir.
¿Por qué se le llamaba balancín? Porque  se le considera el segmento equilibrador más importante   del caballo. De la misma manera que el balancín de los felinos es su cola: su posición correcta les facilita la carrera.
¿Realmente es el elemento equilibrador más importante del cuerpo del caballo? Cuando hablamos de Equitación yo creo que tan importante para el equilibrio del conjunto caballo/jinete es el balancín cuello/cabeza como las cuatro extremidades del caballo. Aún cuando no perdamos el equilibrio por ir sobre cuatro patas. Pero sí ocurre que todo movimiento específico requiere una distribución del peso  sobre cada pata y en cada momento. Para entendernos: es como ir en un monopatín de cuatro ruedas: según qué quiera hacer, tendré que saber cómo distribuir mi peso sobre cada rueda y en el momento oportuno. Ese control –conocimiento- de echar el peso sobre una u otra rueda, es lo que nos permitirá hacer los ejercicios pensados. (Y como decía San Sócrates, saber y obrar no son la misma cosa). Insisto, yo hablo –escribo- desde el punto de vista de la Equitación, o sea, el caballo montado por el caballista. De la relación pie a tierra persona-caballo lo exponen mucho mejor que yo mis amigos Lucy Rees, Vicente Franch, Edgar Guerrero, Marco Barba,  etc (algunas cosas montadas también las hacen mejor que yo ¡pero no todas!). Del control del equilibrio por medio del balancín o de las patas del caballo, hablaré –y lo justificaré- en próxima entrada.
¿Por qué es tan importante el balancín del caballo? Empiezo por lo que salta a la vista. Son cosas obvias, y de tan obvias que no reflexionamos sobre ellas ¡con lo importantes que son!
1 La primera es la gran diferencia que hay entre el cuello del caballo y el del resto de los mamíferos. Conviene aclarar  que es el único segmento de la columna vertebral cuyo número de vértebras es común para  los mamíferos: todos tenemos siete vértebras cervicales. Excepciones que confirman la regla: manatí y perezoso. (Esta aclaración se la debo a mi alumno Miguel de G., biólogo y veterinario. Gracias Michel)


2 Es el cuello más deformable. Los cuellos de los mamíferos domésticos, apenas si les cambia a lo largo de su vida.  El cuello del caballo puede cambiar en segundos en razón de la calidad del jinete que lo monte


3 Relación posición del cuello y amplitud del tranco (importante ser consciente de ella y respetarla). Tema a desarrollar

4 Es el único cuello extensible de verdad. El camello y el dromedario, enderezan el cuello, pero prácticamente no lo estiran: El caballo sí. El largo de riendas casi se duplica entre posiciones extremas, pero correctas, del balancín. Porque los músculos –sobre todo los dorsales- del cuello del caballo se estiran mucho; en cambio, los del camello, muy poco. Como nosotros cuando hablamos de alargar el brazo: es más resultado de acción de articulaciones –codo y hombro- que muscular 


5 El balancín cuello-cabeza del caballo está en voladizo respecto de su cuerpo, que se halla apoyado sobre sus cuatro patas. Cuello a menudo en posición horizontal con un pedazo de cabeza desproporcionadamente grande  -aunque estemos acostumbrados a ello y, tanto para el caballo como para nosotros, nos resulte normal-.  Esta conformación particular del caballo crea, físicamente (o mecánicamente), un momento de la fuerza considerable. (Jose María Vazquez Goyoaga es el único al que he leído sobre este punto tan importante).  Como de lo que trato en este artículo es de cosas obvias, voy a comparar con el cuello de la jirafa y del camello. Tanto una como el otro pesan en torno a la tonelada y media, o sea, casi tres veces un caballo normal. Aproximadamente.
El cuello de la jirafa es muy largo;  muy ancho en la base, se va afinando hacia arriba hasta llegar a la cabeza que es desproporcionadamente pequeña: si la masa corporal es casi tres veces la del caballo, en cambio, la cabeza es casi la mitad. ¿Y cuál es la posición normal del cuello? Muy cerca de la vertical, luego el momento de la fuerza es muy pequeño.


El cuello del camello también es largo pero tiene forma de “L”. La rama horizontal es muy corta pero muy masiva, y la vertical es más larga y mucho menos masiva. Al final del cuello, una cabeza bastante más pequeña que la del caballo. Conclusión: momento de la fuerza muy pequeño también. Y como decía antes, el cuello se endereza pero no se estira
¿En qué consiste el momento de la fuerza? Voy a poner tres ejemplos  casi diría de nuestra vida cotidiana para poderlo entender (prácticamente lo mismo que hicieron conmigo cuando empecé a plantearme esta cuestión).
1º: Balanza romana: Antes de la electrónica era la báscula ideal para pesar por su fácil manejo. Prácticamente ya desaparecida. De un lado del punto de aplicación /sujeción, y muy próximo a él, se colgaba el saco de cebada que se quería pesar (era lo que más veía entonces) y sobre la varilla larga y con marcas se deslizaba una pieza de metal que pesaba menos de un kilo hasta equilibrarse con el peso del saco. Una pieza de un  kilo muy separada del punto de aplicación iguala los 50 del otro lado
2º ejemplo: no es lo mismo cerrar –o abrir- una puerta empujando cerca de los goznes de sujeción que del otro extremo de la puerta. Por eso las manivelas siempre las ponen en el otro extremo de los goznes: movemos la puerta con el mínimo esfuerzo
3º ejemplo y para mí el más hípico. En muchas hípicas se barren los pasillos con unos cepillos de madera que abarcan bastante espacio: el cepillo en sí mide un metro, y en el centro una barra redonda ensamblada perpendicularmente,  con la que lo arrastramos para barrer. Si lo ponemos horizontal  sujetándole a un metro de lo que es el cepillo, sufriremos para aguantarlo. En cambio, si lo ponemos vertical (cepillo arriba o cepillo abajo, pero la barra que lo sujeta  vertical), podremos aguantarle mucho tiempo. Porque hemos reducido a cero el momento de la fuerza.
Otro ejemplo casero y también hípico. Que además, podemos comprobar sin ser vistos ni tachados de nada. El mocho (fregona) bien empapado de agua (si se envuelve con una bolsa de plástico no chorreará el agua). Lo ponemos en posición horizontal  y luego vertical. Y tomamos nota de ambas por la sensación de nuestros brazos. Y luego podemos dar unos saltitos en ambas posiciones. Y también notaremos la diferencia. Y sigue siendo el mismo mocho, que pesa lo mismo (a condición de meterlo en la bolsa de plástico). Pero cambia muchísimo de llevarlo de una manera a otra. ¿Por qué? Por el momento de la fuerza
Esto es, aproximadamente, lo que siente el caballo según la posición de su balancín, o sea, de su cuello y cabeza.
También hay otras especificidades del balancín del caballo que no son tan obvias. Y el primero que nos lo mostró fué LICART (o San LICART). Pena la poca cuenta que se le echa cuando  es, sin lugar a dudas, el que nos ha enseñado el camino para conocer de verdad al caballo con una visión totalmente moderna y revolucionaria. Como debe ser.  El San SÓCRATES de la Equitación (a San SOCRATES lo condenaron a beber cicuta por cuestionar los dogmas de su época. San LICART, sumido en la ignorancia) . Casi me atrevería a decir que es el Nuevo Testamento de la Equitación. 
Lo no obvio:
.- La “S” de las vértebras cervicales. Ningún otro mamífero  se le parece ni remotamente.  Es lo que le permite, principalmente, estirar  --y NO enderezar—el cuello. Y encogerlo, según la posición de una u otra curva de la “S”. La silueta que vemos del mismo puede cambiar radicalmente en segundos: pasar de un cuello redondo a invertido y viceversa. Porque la musculatura del cuello es la que cambia radicalmente. 


2º.-El papel del ligamento nucal + supraespinoso. Importantísimo tanto para el caballo en libertad como montado. Es el único animal que tiene la misma sinergia cuello/riñones que nosotros los humanos. Ni perros, ni gatos, ni toros, ni….  Los únicos mamíferos capaces de enroscar el dorso como nosotros y los caballos, son la ballena y el delfín. Pero ni tienen cuello ni patas (según SLIJPERS).


3º.- Papel de las nueve articulaciones del balancín, que no corresponden a lo que normalmente se dice o escribe. Cuando los seguidores de la dogmática HDV12 se preocupen de estudiarlas  --como al ligamento nucal, y más--, seguro que entenderán mejor al caballo. Una cosa es lo que nos imaginamos –o se sabía del caballo hace 100 años- y otra muy distinta lo que ya vamos sabiendo de lo que siente el caballo. Que es lo que realmente, creo,  debe interesar a todo caballista que se precie…..
.- Detalles de fisiología, mecánica, incluso sicología, a los que antes no les dábamos mayor importancia y que hoy sabemos que son importantes para los caballos. Porque ellos lo sienten o lo sufren . Es cuestión de empatía y respeto al caballo. Habrá que  buscar en todo momento el gesto confortable y económico, luego ergonómico, del caballo. En esto consiste su verdadero bienestar.
En sucesivas lecciones iré desarrollando los distintos puntos y sus por qué.

Paz y espero que le sirva a alguien