lunes, 26 de mayo de 2014

BIOMECÁNICA: LA PISADA DEL CABALLO (1ª parte)

Artículo escrito por Fernando Morote Ibarrola

Resulta muy obvia la importancia que tiene conocer bien y analizar la forma en que el caballo se apoya y se propulsa sobre el suelo que pisa: Usamos al caballo para que nos transporte sobre el suelo.

En el caso de un automóvil, los neumáticos y sus características (la presión de inflado, el dibujo, el equilibrado, la anchura, etc.) determinan en gran medida de qué forma la energía producida por el motor se transforma en movimiento hacia adelante. En las competiciones automovilísticas se precisa qué modelo de neumático da más agarre al suelo, qué otro permite más estabilidad en las curvas, y cuál debe ser el ideal en caso de lluvia. Y a nuestro nivel de conductor cotidiano nos preocupa que nos puedan multar por tener excesivo desgaste en las ruedas de nuestro coche.



 


    


Trasladando esto a nuestro mundo, quiero centrarme en qué ocurre cuando el casco del caballo toca el suelo, más allá de consideraciones sobre la conformación y la anatomía del  casco y de las patas del caballo. Es decir ¿cómo funciona el casco?. ¿Qué propiedades han conferido al casco los 65 millones de años de evolución del caballo?.

Por supuesto, no  quiero pasar por alto la importancia del resto de estructuras superiores que determinan e influyen en cómo se mueve un caballo en particular. Pero es el contacto con el suelo y los mecanismos de propulsión y amortiguación lo que pretendo estudiar. Y el casco que es el elemento anatómico primero que se encarga de transmitir la fuerza y energía desarrollada por las patas -y por todo el cuerpo del caballo- para generar movimiento y propulsión. Es el elemento que determina el agarre al suelo, el que primero que amortigua (por ejemplo al recibirse de un salto), con el que se frena. Y sobre todo con el que el caballo toca, siente y palpa el suelo sobre el que está (¿realmente hay sensibilidad en el casco?. ¿En qué parte de él?).

Muy sabiamente dicen los ingleses: “No hoof, no horse” (Sin casco, no hay caballo), porque dolencias, defectos y enfermedades del casco pueden llegar a hacer inservible a un animal.

El caballo es un ungulado (anda sobre sus dedos que acaban en pezuñas córneas) perisodáctilo (el número de dedos sobre el que se apoya es impar.). Dentro de este orden sólo están la familia de los rinocerontes y de los tapires -que se apoyan en tres dedos, (suborden ceratomorpha); y los équidos -que usan sólo uno (suborden Hippomorpha). Es decir, estamos ante otra singularidad del caballo.



 
Pezuñas de un dromedario                                                                Estructura del casco


¿Pisan los caballos primero con los talones? ¿O pisan antes con la punta?. Sobre esto he visto -incluso participado- en controversias entre gente muy entendida en caballos que usaban argumentos curiosos. Para no aburrir al lector con éstas, diré que el casco está diseñado básicamente para pisar primero con los talones y, tras el apoyo, despegar del suelo con las lumbres o punta del casco.  (Véanse estos enlaces: https://www.youtube.com/watch?v=-_nXE5BIjjE;

Hay varios aspectos muy intuitivos que apoyan esto que parece una gran obviedad:

1.      La forma óptima de desplazamiento con un menor gasto de energía es la rotación: Pocos inventos tan efectivos como la rueda. En un plano horizontal, cualquier cuerpo apoyado en ruedas mantiene la altura de su centro de gravedad constante. Por tanto la única energía que se consumiría es la necesaria para vencer la fricción con el plano. El caminar de los animales - incluso el nuestro- imita este ideal físico tan básico. En las carreras el galope de los caballos imita el funcionamiento de una rueda en la que los radios son las cuatro patas. Por eso en galope tendido los caballos disocian la diagonal. (Véase este link https://www.youtube.com/watch?v=y04Bj4g7x6Q por la disociación de la diagonal. O este otro un poco más largo: https://www.youtube.com/watch?v=zQDAUv6d_KY ).

2.      El movimiento del caballo es primordialmente ganando terreno siempre. Por tanto las patas se mueven como los radios de una bicicleta basculando de delante hacia atrás haciendo avanzar el cuerpo del caballo al pasar por encima del punto de apoyo del casco -que es el centro instantáneo de rotación.

3.      La ranilla y la almohadilla plantar -encargadas de la amortiguación- están en la cara posterior del casco. Si el primer contacto con el suelo se realizara en la parte delantera o por igual en todo el casco, estas estructuras se ubicarían en esos sitios. El hecho de que estén detrás demuestra que el casco está pensado para tocar el suelo primero con los talones.

4.      Por contra la muralla del casco que está diseñada para soportar el desgaste y la erosión del empuje está en la parte anterior. Por tanto el despegue del suelo es con las lumbres.


Como ilustración de los puntos anteriores recomiendo echar un vistazo a este divertido video de rodeos -con varios caballos cerreros- : https://www.youtube.com/watch?v=TRgXlkORqBw . (Incluso los toros y becerros que se pueden ver también pisan primero con el talón y luego despegan con la parte anterior de las pezuñas).

Esto que parece tan obvio, concita desacuerdo. Y es lógica y natural la polémica que puede ilustrarse muy bien con este otro video que compara cómo pisa un casco herrado y otro descalzo:

Entonces, ¿cambia la manera de pisar cuando un caballo se somete a herraje, a la doma o simplemente al peso del jinete?.

Antes de responder miremos qué ocurre en el interior del casco cuando el caballo pisa primero con el talón, o primero con las lumbres. Veamos cómo se comportan huesos, articulaciones y tendones representados esquemáticamente en la siguiente figura:

      
Figura 1: Estructuras internas del casco[1]

Si el caballo pisa primero con los talones, la articulación del menudillo, al descender y comprimir la cuartilla y el casco, rápidamente tensa el tendón flexor digital profundo (DDFT en la figura de más arriba).  Así, este tendón recibe gran parte de la energía producida en el impacto del casco sobre el suelo, y la almacena estirándose como un resorte mientras la palma del casco y los talones están apoyándose en el suelo. Justo después ocurren dos cosas (casi) a la vez:


Figura 2: Pisando primero con los talones[2]

1.      Primero, la articulación del tejuelo (pedal bone-coffin joint) rota hacia adelante hacia el punto de despegue (que son las lumbres del casco);
2.      y segundo, al despegarse el casco del suelo, la energía que almacenaba el tendón flexor digital profundo se recupera cuando éste pasa de estirado y tensado a relajado de nuevo.

Los indios de Norteamérica (y en muchas otras partes y épocas del mundo) usaban para disparar sus flechas arcos hechos con los tendones de las patas de los bisontes que cazaban. Esto da una idea de la gran capacidad que tiene el material de los tendones, para almacenar energía, deformándose; y luego liberarla y transmitirla. El funcionamiento del tendón flexor digital profundo sigue el mismo principio.


Figura 3: Pisando con las lumbres primero[3]

Pero si el casco pisa primero con las lumbres, la articulación del menudillo al descender   sobreestira el tendón justo después del impacto; e inmediatamente después, cuando el talón bascula hacia atrás para apoyarse (haciendo rotar hacia atrás la segunda falange -coffin bone en la figura-), el tendón es de nuevo sobreestirado desde el otro extremo. Estos dos procesos de estiramiento se siguen el uno del otro, resultando en una tensión superior a la normal antes de liberar la energía en la relajación. Todo hace pensar que en este caso el funcionamiento es impropio a cómo está diseñada la articulación para trabajar en condiciones óptimas.
Esta sobretensión se transmite a los huesos a los está unido el tendón flexor digital profundo, produciendo fricción, que eventualmente puede ser patogénica y provocar dolor e inflamaciones.  Todo esto está ya publicado en EEUU. desde 1974 por autores como Robert Bowker (DVM PhD); o James Rooney (DVM PhD) (Véase: http://www.horseshoes.com/farrierssites/sites/rooney/navicular/navicular.htm)

Entonces, si la mejor y más natural forma de pisar es primero con los talones, ¿porqué vemos que los caballos pisan muchas veces primero con las lumbres?. Ruego al lector que vea este vídeo de Centaur Biomechanics de  saltos en las Olimpiadas de Londres 2012:  https://www.youtube.com/watch?v=FzuZxnFLuQI
En el siguiente artículo intentaré acercarme a una respuesta satisfactoria.

Fernando Morote Ibarrola
Ocurrencias Hípicas
 


[1]   Ilustración tomada de http://www.ckequinehospital.com
[2]    Ilustración tomada de Equine Lameness Prevention Organization -
[3]    Ilustración tomada de Equine Lameness Prevention Organization -

lunes, 12 de mayo de 2014

Presentación de la obra Conflictos legales en los deportes hipicos. De Fernando Acedo Lluch (Editorial Reus, Madrid, 2014, 237 páginas)


El pasado 29 de abril asistí a la presentación del libro "Conflictos legales en los deporte hípicos" , de quien es autor mi querido alumno -y miembro del Equipo Ocurrencias- FERNANDO ACEDO LLUCH. El acto tuvo lugar edn el Ilustre Colegio de Abogados de Sevilla.
La presentación corrió a cargo, en primer lugar, del profesor D. Antonio Millán Garrido, director de la Colección de Derecho Deportivo de la Editorial Reus, y presidente de la Asociación Española de Derecho Deportivo, quien habló de lo suyo, del Derecho Deportivo



Mas interesante y amena para los hípicos fué la intervención del maestro Manuel Olivencia, a su vez prologuista del libro quien, con mucha habilidad, nos explicó los entresijos del libro y la originalidad del método empleado por Fernando -de casta le viene al galgo-, para aclaranos muchos problemas legales que surjen en nuestro mundo hípico. ¡Y yo creí que no existían tales problemas!
He de decir (modestamente) que antes de la presentación ya me había leído casi todo el libro y, en contra de lo que primeramente pensaba, ¡no me aburrió su lectura! Repito, todo, todo, no me lo he leído. Ademas, lo bueno que tiene es que es un libro de consulta y, muchos de los casos que plantea los hemos vivido si no personalmente, sí en nuestro entorno. Por muchos motivos es un libro recomendable, incluso diría necesario, para cualquiera que se desenvuelva en nuestro mundo.
La última intervención fué la del autor, Fernando, dejando bien claro a quién dedicaba la obra -es lo que recuerdo- y, entre unos pocos más, a sus tres profesores de equitación: mi compadre Totolo -Rafael Montojo-, Gerardo Ortega -viejo y buen amigo-, y a mí.
El Decano agradeció nuestra presencia a los que llenamos el salón de actos del Ilustre Colegio de Abogados de Sevilla y, a continuación, nos invitó a un vino de honor. Muchas caras hípicas conocidas y, sobre todo, fué ocasión tambien para reunirnos el Equipo Ocurrenciashípicas casi al completo 
Muchísimas gracias Fernando, por tu aportación al mundo hípico
Josemanuel Sales Pons, el cura