viernes, 25 de enero de 2013

El desbrave del potro en el picadero redondo. Primera parte. Por VICENTE FRANCH



Contando con las ideas expuestas hasta ahora sobre el control del espacio, la coordinación y la actitud, vamos a hablar de cómo se hace todo esto en la práctica.  
En la primera sesión y una vez hemos soltado al caballo, permitimos que investigue el sitio y husmee todo lo que desee, se revuelque y pueda observar el entorno para sentirse más o menos cómodo. Los excrementos de otros caballos suelen interesarles más que el adiestrador en el centro del picadero. Dejaremos que los huelan. En las siguientes sesiones y si el trabajo es satisfactorio (se ha creado una relación), el tiempo de exploración disminuye pues la atención sobre el adiestrador prevalece ante otros estímulos.
Empezar significa observar la actitud del caballo, porque según esta, responderemos de una forma u otra y encaminaremos el trabajo en una u otra dirección.
Si se nos acerca: premiamos su acción con caricias y le invitamos a seguirnos.
Si no nos presta atención, está pendiente de lo que ocurre fuera, se mueve por su cuenta: lo echamos a correr. Nuestro trabajo es explicarle que somos nosotros quienes controlamos ese espacio y que si se mueve por su cuenta, se puede meter en un lío. Hacemos entender al caballo cómo hay que estar en este lugar para estar bien, indicándole por dónde tiene que ir, “echándolo” cuando decide usar ese espacio por su cuenta o cuando tiene una actitud de rechazo hacia nosotros, cuando invade nuestro espacio o cuando está pendiente de lo que ocurre fuera del picadero.
Echarlo no comporta enfado por nuestra parte. Es un toque de atención: si estás aquí conmigo, debes estar pendiente de mi porque yo conozco y controlo este espacio mejor que tu. El control del espacio lo mostramos indicándole al caballo cómo y por donde tiene que ir y para ello utilizamos nuestro cuerpo, buscando la coordinación con él.
Para movernos con el caballo dentro del picadero, para echarlo, pararlo o provocar movimiento hay algunas pautas a seguir.
Nuestro cuerpo debe permanecer en la parte central del picadero a la altura del centro del caballo, con los hombros enfocados en la dirección que deseemos. Andamos con él en círculos pequeñitos desde donde buscaremos la coordinación. Si corremos, él correrá con nosotros. Si andamos despacio, él andará despacio. Si todavía no hay coordinación, esto no ocurrirá. Acercándonos o alejándonos del caballo variaremos o corregiremos su trayectoria.
Si nos adelantamos al caballo, lo estamos bloqueando y se para. Así también podemos reducir su velocidad en caso de no estar coordinados. Si nos atrasamos, lo estamos empujando. Para provocar su desplazamiento, permaneceremos a la altura del centro a la parte posterior del caballo.
Para cambiar el sentido de la marcha nos giramos y si está coordinado con nosotros, lo hará a la vez. Si no está coordinado todavía, nos adelantamos a él y giramos. Si no responde, repetimos. Podemos avisarlo previamente para que el giro no sea brusco.




Un giro realizado cuando ya existe la coordinación. No hay que bloquear al caballo para provocarlo.

La sensación que sentimos cuando encontramos la coordinación es la de ir juntos, a la vez. Si nos sentimos por encima del caballo y intentamos controlar sus movimientos, no seremos capaces de coordinarnos con él.
A través de la coordinación, podemos variar la velocidad, el sentido de la marcha, podemos parar, saltar o pedirle que baje el cuello. Cuando el caballo coordina sus movimientos con los nuestros, girando cuando nosotros lo hacemos, moviéndose a la misma velocidad que la nuestra y respetando el espacio, es que ya nos ha aceptado como líderes. Se moverá en este espacio como nosotros lo hagamos y empatizará con nuestro estado emocional. Ha comprendido que controlamos el espacio mejor que él. La base de la relación está establecida. Encontrar la coordinación entre ambos puede durar unos pocos minutos.
La coordinación forma parte de su lenguaje y de sus programas naturales, pues es una forma de cohesión y de supervivencia. En los trabajos con ellos la utilizamos porque es algo que comprenden y nos facilita la relación. Es una forma de anteponer sus valores a los nuestros, entrando en su forma de ver la vida y de organizarse para estar más cerca de ellos. La consecuencia es la aparición de la confianza.
Cuando el caballo se para y nos mira en actitud relajada, permitiremos que se nos acerque. Relajaremos nuestro cuerpo, bajaremos la mirada y echaremos un pasito atrás. Esta acción es una invitación a entrar en nuestro espacio. Si se acerca, premiaremos su elección con caricias. En caballos desconfiados que se paran pero no se atreven a acercarse, podemos movernos un poco por delante de él para provocar su movimiento. Si no resulta, nos acercamos nosotros, lo acariciamos e invitamos a que nos siga. Premiamos cualquier pequeño paso hacia nosotros.
Si se para sin prestarnos atención, no nos acercamos a el. En estos casos, acercarnos a él cuando decide pararse, sería una forma de decirle que él es quien controla el espacio.

Esperamos a que se acerque por voluntad propia.

Otros aspectos a tener en cuenta:
·         Durante el trabajo, deberemos saber diferenciar cuando debemos bloquearlos o cuando no. Deberemos ser conscientes de si el caballo está coordinado con nosotros o si tiene todavía ideas propias sobre el uso del espacio.
·         En algunos casos el primer trabajo puede ser solo para pedir su atención. Si no la tenemos no podemos pasar a otro peldaño. Si su huida es por miedo, el trabajo se centra en invitarlo a estar a nuestro lado, premiando cada vez que decide acercarse, provocando que nos mire o que se acerque.
·         Deberemos ser capaces de reconocer la agresividad y los enfados, tanto para el trabajo y manejo como para evitar posibles accidentes.
·         Hasta que el caballo no esté atento y relajado a nuestro lado, no podremos avanzar en el proceso. Cada paso que hagamos debe acabar así.
·         Cuando “echamos” al caballo (la acción del “fuera de mi espacio”), nunca lo hacemos de cara. En algunos casos de resabios (mal manejo por miedo) podemos encontrar caballos muy agresivos con el hombre que no dudarían en atacar. Aquí sí que echamos de cara. No suelen ser casos demasiado frecuentes.
Si dudamos, lo mejor es preguntar a un buen profesional. Para valorar su trabajo, debemos constatar que el caballo está cada dia más confiado y relajado. En caso contrario, debemos cambiar de profesional.
Cuando un caballo confía en nosotros, nos sigue voluntariamente como seguiría a su líder en estado salvaje. Llegados a este punto, el resto es fácil. Cada nueva situación o reto que le planteamos se resuelve en breves momentos. Suelen comprender lo que les pedimos, si están relajados y predispuestos, en una o pocas veces más.
Podemos enseñarles a no tener miedo de las personas, a que nos den sus manos y sus pies, a poder tocarlos por todo el cuerpo, podemos enseñarles giros, paradas, ponerlos a riendas largas, ponerles la manta y la montura o montarnos por primera vez. Si hemos hecho bien el trabajo, todas estas situaciones serán aceptadas por el caballo porque habrá entendido que no vamos a comerlo aunque tengamos cara de depredador y que estando a nuestro lado estará seguro. Nos podemos relacionar con el agresivamente y con dominancia, o provocando su deseo de estar con nosotros siendo su líder natural. Con un caballo al que intentamos controlar o dominar con agresividad, nunca podemos estar seguros de que va a “estar ahí”.
Todos los “problemas” que proponemos a un caballo en estas sesiones tienen como fin que encuentren su seguridad a nuestro lado y que ante cualquier situación busquen nuestro consejo. Desde el primer problema que pueda plantearse en el picadero redondo se busca la empatía para poder crear una relación.
Una vez tenemos más o menos claro cómo utilizar el picadero redondo y habiendo realizado esta fase previa, introduciremos los elementos básicos que preparan al potro para ser montado: ser guiado y responder a las riendas, la manta o sudadero, la montura y el jinete. En el próximo capítulo hablaremos de ello. Si aparecen dudas sobre lo expuesto, pueden dirigirlas a mi correo electrónico: vicentefranch@yahoo.es


miércoles, 23 de enero de 2013

RIENDAS ALEMANAS 2013

Al surgirme varios comentarios sobre estas riendas –lo correcto sería hablar de riendas deslizantes, principalmente porque es su función y porque así es como se llamaban en su origen-, escribo con la intención de dar más luz sobre su uso desde mi propia experiencia . De cómo las utilizo yo o mis alumnos, y de cómo las he visto utilizar.
Hay dos cuestiones que he comentado en entradas anteriores y que ahora insisto mucho mas en ellas porque, creo,  están en la base de nuestra comunicación –montados, se entiende- con el caballo
1ª La acción de las riendas se rigen –comunicación mano/boca- por el Principio de Acción y Reacción. Lo cual quiere decir que si yo tiro hacia atrás, el caballo tirará hacia delante, y si tiro hacia arriba, tirará hacia abajo: siempre en sentido contrario. De aquí, la importancia del ángulo de la rienda. (El ángulo de la rienda da mucho de qué hablar, pero éste no es el momento). Conviene aclarar –como lo hice cuando escribí sobre la mano- que dicho  Principio desaparece cuando la mano resiste con los dedos (antebrazo) y no tira con el  brazo (bíceps), porque el vector fuerza desaparece
Las riendas alemanas, al no tener un punto fijo en la boca,  se deslizan por las anillas de la embocadura –normalmente un filete-, con lo que la cara del caballo sigue bajando buscando el punto fijo que no llega a encontrar. Si baja la cara, quiere decirse que el cuello se estira –la “S” de las vértebras cervicales se va enderezando- y en este punto caben dos posibilidades: 
 1.A) nuestras manos permiten  al caballo que estire NATURALMENTE el cuello: la nuca, al bajar, avanza (porque, insisto, la “S” cervical se endereza), pero también  permiten que la boca del caballo se aleje.  En definitiva, nuestras manos facilitan la posición NATURAL del caballo con el cuello estirado.  De esta manera se le procura al caballo el gesto confortable y económico, luego el caballo, feliz
1.B) nuestras manos no facilitan que estire el cuello naturalmente, por lo que no le queda más remedio que enroscarlo, alejando la nuca ANTINATURALMENTE y no dejando que la boca del caballo se aleje.  A esto, toda la vida, en España le hemos llamado encapotamiento –porque no es una cosa nueva de ahora- y es lo que hoy se llama “rollkur”. ¿Cuál es el problema del encapotamiento/ rollkur? Pues que la nuca –extremo superior de la cabeza del caballo- gira desde la articulación cérvico-torácica, y la boca –en el otro extremo de la cabeza-, gira desde la mano del jinete/amazona. La misma cabeza tiene dos ejes de giro luego, fundamental, conocerlos y/o  manejarlos bien. (Pero esto ya lo desarrollaré en otra entrada)
2ª La acción de las riendas es transmitir ORDENES al caballo. Pero ¿cuál es el fin último de estas ORDENES? Cada vez tengo mas claro que es poner ORDEN  en el caballo, buscar su gesto confortable y económico en cada momento. No cabe duda que, por el hecho de montarnos en el caballo, le estamos creando ciertos desequilibrios, tanto físicos como fisiológicos, debidos a la acción de nuestro peso y de nuestras manos. Y una mano educada es la que es capaz de poner ORDEN  en el caballo –principalmente, a través de su balancín cuello/cabeza-, y no sólo de lo que se ve grosso modo, sino de lo que se debe ver  (mas difícil de ver) y  que corresponderá a lo que SIENTE el caballo.
Una aclaración: cuantos caballistas hay que tienen ideas claras de lo que hay que hacer, y luego no son –o somos- capaces  de ejecutarlo. La respuesta es bien sencilla: el saber se aprende rápido y el ejecutar, como requiere muchas repeticiones –queramos o no- es muy lento.  San Agustín dice: “lo primero en el orden de la intención, es lo último en el orden de la ejecución”. Si hubiera añadido que era debido a las múltiples repeticiones que se requieren para acabar haciéndolo bien, nos lo hubiera puesto mucho mas comprensible
Así  pues,  el fin bueno de las riendas deslizantes –o alemanas-, es poner orden en el cuerpo del caballo. Un caballo con una conformación defectuosa del cuello  -os recuerdo que el caballo es el único mamífero con el cuello enormemente maleable-, puede mejorar enormemente con la ayuda de estas riendas. De hecho, los alemanes, desde hace mas de medio siglo, las utilizan sistemáticamente para muscular correctamente los cuellos. Los que sabían y saben hacerlo bien, claro.
Pero el hecho de ser mecánicamente una polea, nos permite multiplicar nuestra fuerza,  con lo cual aumentamos nuestra sensación de control  de una masa diez veces la nuestra. Pero ésta es una sensación engañosa de los sentidos (como diría Parménides). La realidad es un caballo encogido, incómodo y, consiguientemente, poco colaborador porque ni quiere ni puede.  Este es el fin malo de estas riendas al no colaborar al gesto confortable y económico del caballo, sino todo lo contrario
Hay que desechar el mal uso de las riendas –de cualquiera de ellas-  y educarnos  para poner orden en el caballo con cualquier tipo de riendas. El tacto, es mas problema de sensibilidad –oportunidad en la tensión y en el tiempo- que de fuerza. Y os remito a la definición aristotélica del tacto
Paz y espero que os sirva a alguien      

jueves, 17 de enero de 2013

EL CORAZÓN DEL CABALLO DE CARRERAS. Por José Padeira



 Publicado en www.globalcaballos.com
 
El corazón grande en algunos caballos
En el gran purasangre de carreras SECRETARIAT tenía más del doble de peso que normalmente tienen los caballos…
 
SECRETARIAT
 
Uno de los temas más comentados en cría de caballos de deporte es el de Ratina Z, en cuanto a que ha sido posiblemente la mejor competidora en salto de los últimos tiempos pero que su progenie no es muy significada. Hay quien dice que cuando una yegua da mucho en la pista (energía nerviosa), luego no produce satisfactoriamente; pero ello no está probado científicamente, sino más bien alegado por la observación de que algunas yeguas de carreras que han sido ganadoras a gran nivel, no tiene buenos descendientes en sus primeros partos. Otro asunto que se dice en cuanto a Ratina, es que posiblemente su corazón fuera grande.

Corazón grande”

Sí está demostrado científicamente que el “corazón grande” puede ser de transcendencia en los éxitos deportivos de cualquier animal. Lo mismo, es de alguna manera un poco burdo pues en realidad lo que se debe decir es que el sistema cardio-respiratorio es grande para las demandas que existen en el ejercicio. Se sabe bien, que el ejercicio físico demanda oxígeno y lógicamente un sistema cardio-respiratorio (“corazón grande”) mayor, aporta más oxígeno. Es de alguna forma lo que sucede con la sustancia prohibida EPO (eritropoyetina), que aumenta los glóbulos rojos con lo cual el transporte de oxígeno a los tejidos es mayor. Los caballos que realizan en competición un ejercicio que necesita más demanda de oxígeno son los que más se lucran de un corazón grande (también de la EPO), y entre ellos comprensiblemente los de raid, carreras y completo. Los atletas humanos que compiten en medio fondo o más aun los fondistas (maratonianos) tienen poco peso y pueden además tener el corazón grande, pero lo que es evidente es que al tener menos peso las demandas de oxígenos son menores. Por el contario, los atletas velocistas tienen un peso elevado. En los caballos ocurre normalmente lo mismo: los caballos para ejercicios de fondo son poco pesados. El ser poco pesado no entraña obligatoriamente tener el “corazón grande”.

El “corazón grande” se trasmite por el factor X, pero no vamos a entrar en el complicado mundo de la genética, sino tan sólo decir que de la madre va al hijo y de los sementales tan sólo a sus hijas.

Para mejor comprender esto, recomendamos leer el artículo de saltacaballos.com.ar titulado “ De Secretariat a Ratina Z”.


El corazón muy grande de Secretariat

Secretariat ha sido para muchos el mejor caballo de carreras de los últimos tiempos. La autopsia de Secretariat vino a decir que su corazón era muy grande pues pesaba cerca de los 10 kilos, cuando normalmente no llega en un caballo a 4 kilos. Ello hizo, lógicamente, estudiar mucho el tema a los cardiólogos equinos y a trabajar sobre lo mismo a los seguidores de los pedigrees.

Secretariat y Princequillo

Se dice que Secretariat recibió el “corazón grande” de su abuelo Papyrus (Tracery) a través de su hija Cosquilla, que fue la madre del gran Princequillo.
 
                                               PRINCEQUILLO
La relación de Secretariat y Ratina a través de Cottage Son

El más que conocido purasangre Cottage Son es nieto materno de Cottage, que era hijo de Tracery. Cottage Son fue el abuelo paterno de Ramiro, cuya hija es Ratina Z.
 
                                                  TRACERY
Capitol y Lord con Cottage Son

En el deporte es muy conocido Cottage Son por descender del mismo caballos muy importantes. Es obligado decir que de él desciende Capitol (Capitano-Corporal-Cottage Son xx) y Lord pues su madre Viola, era directa por Cottage Son… Tema del que se podría hablar mucho refiriéndonos a los holsteiner.

Princequillo (Prince Rose) fue un grande de las carreras y sabemos por las estadísticas que fue el líder de sementales de carreras en Estados Unidos  en 1957 y 1958 con más de 64 hijos ganadores y sobre todo padre de excepcionales hembras (9 años líder como abuelo materno). Al ser Princequillo hijo de Prince Rose, se ve que es de la línea de St Simon, que se cree que pudo aportar mediante el cromosoma X.
 
NASRULLAH
Secretariat era hijo de Bold Ruller (Nasrullah-Nearco), que fue líder de sementales en Estados Unidos durante ocho años. Nasrullah lo fue 5 años…

Cottage Son y Furioso

Para incidir más hay que decir que Cottage Son desciende de Young Lover (Son in Law-Dark Ronald-Bay Ronald), una línea importantísima en los caballos de salto. Son in Law fue padre de la yegua Maureen de la que desciende el purasangre Furioso (Precipitation-Hurry One).

Quick Star y los angloárabes

En la noticia de ayer, los mejores sementales en 2011 para globalcaballos, vemos que el que se ha considerado mejor ha sido el recientemente fallecido Quick Star. Si su padre es el más que conocido e importantísimo Galoubet, en su línea materna vemos a los angloárabes. Su madre, Stella, es por el angloárabe Nithard.

Iberon, Oberon du Moulin, Laudanum, Tourbillon, Nasrullah…

Y hablado de los angloárabes hay que decir que el mejor de completo de estos momentos en España es  el angloárabe Iberon, un hijo de Oberon du Moulin.

Oberon du Moulin hijo del purasangre Laudamum, cuyo padre Boran era en la línea materna por Tourbillon y de la yegua Montabella que viene por Nasrullah.

El gran Fines

Hito (Nino), nieto paterno del purasangre Fines. Fines es el padre de Nereo el mejor CDE de completo, en el que en su origen se ve a Nasrullah, Precipitation , Bay Ronald (2)….

Ramzes, Capitol, Ramiro, Casall…

Antes hablamos de Capitol en cuyo origen se ve dos veces a angloárabe Ramzes. Ramzes era el abuelo materno de Ramiro. De Ramzes también desciende directamente Raimond el segundo abuelo materno de Casall (semental nº 2 de Global en 2011). Raimond era el padre de Ramiro… Tema inacabable.

¿Tienen los angloárabes el “corazón grande?

Claramente los angloárabes son muy resistentes y óptimos para completo por su gran ascendente purasangre. Y también va intrínseco su bajo peso ¿Tendrán también el “corazón grande”, lo tendría Fines?

Cor de la Bryère, Young Lover, Furioso

Otro caballo bueno de completo en España es Born Again (ISH), hijo de Cavalier Royale que es descendiente directo de Cor de la Bryère. En Cor se ve a Foxhunter xx (Rantzau-Fox Light-Foxhunter), que tiene un pedigree muy concomitante con Young Lover. La madre de Cor de la Bryère, Quenotte, era en segunda generación por Furioso xx.

El semental Eole des Orcets

La Asociacón de Criadores Españoles de caballos angloárabes tienen como semental a Eole de Orcets en el que se ve en la línea paterna dos veces a Nithard, y una vez en la materna. Dicho reproductor tiene en su pedigree a Beau Prince (Prince Chevalier-Prince Rose) y por tanto comparte origen con Princequillo.

En la yeguada Aragón asimismo Princequillo

En la yeguada Aragón cubrieron con el purasangre Príncipe Duero, que fue padre del buen Rex. Príncipe Duero era por Frisco (Touragua-Tourbillon) y en su línea materna por Prince Rose (el padre de Princequillo).

En la yeguada zaragozana cubrieron también con Amateur Z (Atlantus Z) cuya madre es por Ramiro Z.

miércoles, 2 de enero de 2013

Artículo de opinión. AHORA ES EL MOMENTO (II). Por Javier Hernansanz Ballesteros. Doctor en veterinaria


La elección del semental PSI más apropiado es otro mundo y se podía escribir multitud de páginas con otras tantas versiones y opiniones. Para mí es fundamental que la genealogía esté libre del semental “Northern Dancer” (Canadá 1961-1990), probablemente el mejor y más influyente caballo de hipódromo del siglo XX. Este fenómeno de las carreras, ganó 14 de sus 18 salidas a pista, rubricando el resto de actuaciones con 2 segundos y 2 terceros puestos. A día de hoy, entre un 50 y un 80 % de las cartas genealógicas del PSI tienen a Northern D. en sus antepasados, lo que nos puede dar una idea de la dificultad de encontrar a un semental adecuado. Curiosamente y revisando las genealogías de los últimos PSI con los mejores resultados deportivos fuera del hipódromo, constatan que no tienen a este semental en sus ancestros. La explicación a este hecho puede venir de una profunda reflexión, deduciendo que este prodigio posee una exclusividad única y excepcional para las carreras de velocidad pero también se puede deducir que esta súper especialización anula completamente el resto de capacidades para el deporte que poseían hasta entonces los pura sangres. Todo este análisis genealógico nos da una idea de la primera dificultad de encontrar el semental conveniente; aparte están las premisas de carácter, conformación, etc.

Ahora hay que hacer un inciso porque hasta ahora únicamente hemos estado dando referencias para la producción de caballos de salto y utilizando como madres únicamente aquellas yeguas PRE. Si lo que pretendemos es criar potros funcionales, útiles para cualquier actividad o concurso hípico, son también válidas las yeguas H-á. De esta forma obtendríamos el conocido como “tres sangres”, aunque personalmente opino que siempre debe mantener un mínimo de 50% de sangre de carreras, que es quien nos va aportar la fuerza y la elasticidad necesaria para la competición.
Para dar un ejemplo vivo que confirma que este cruce funciona nos tenemos que remontar hasta la hemeroteca del ABC Sevilla del día 25 de julio de 1959 donde  Don Álvaro Domecq y Díez, en su apartado literario llamado Historia de un Caballo, hablaba de su legendaria yegua con estas palabras, indicando las líneas maestras del cruzamiento para obtener buenos caballos de deporte: “Espléndida” había nacido de la cruza de un pura sangre, “Duck Bridge”, “el Duque”, como le llamaban los conocedores de la dehesa, importado directamente de los turf ingleses por ese ganadero impar que fue Don Manuel Guerrero y “Presumida”, una yegua torda, hispano-árabe, una de esas yeguas panzudas y pacíficas, con la cabeza pequeña y los ojos de enormes pestañas negras, que el Marqués de Domecq, mi tío, llevó al Palacio de Cristal de Londres en una Exposición Mundial de Ganadería.
Como vemos, no es ni más ni menos que los cruces que se han realizado en Europa para obtener las actuales razas deportivas. Haciendo un repaso bibliográfico, la ASSOCIATION NATIONALE DES ELEVEURS DE CHEVAUX DERACE SELLE FRANCAIS (ANSF) cita que el Silla Francés, se crea en los alrededores de las granjas estatales de Saint Lô y Le Pin en el departamento de Normandía, durante el siglo XIX, al importar sementales Pura Sangre Inglés y Trotadores de Norfolk y cruzarlos con yeguas nativas. Según HENDRICKS (1985) y THE AMERICAN HOLSTEINER ASSOCIATION, INC., los caballos Holstein o Holsteiner son el producto de un sistemático cruzamiento en la provincia norteña de Schleswig-Holstein, entre caballos napolitanos, españoles y orientales, por un lado, y animales autóctonos, por otro, durante el siglo XIII, teniendo gran importancia la continuación de la cría en los monasterios de la zona durante los siglos posteriores. Después de la Segunda Guerra Mundial, se introdujeron Pura Sangre Inglés para refinar y aportar habilidad deportiva a los ejemplares.
En cuanto al hannoveriano, la información que aporta THE AMERICAN HANOVERIAN SOCIETY, acerca de su origen, nos remite al estado de Lower Saxony hace 400 años, estableciéndose en Celle en 1735 la yeguada estatal. Posteriormente, sementales Pura Sangre Inglés fueron cruzándose con yeguas nativas para adaptarse a las necesidades atléticas y de velocidad que requieren los tiempos modernos. Otra raza alemana, el westfaliano era, en un principio, sólo una versión más pesada del hannoveriano pero la influencia de algunas líneas de purasangres le influyeron enormemente, refinando el tipo para satisfacer la actual demanda del mercado, según HOLDERNESS-RODDAM (1999). El origen del Trakehner se remonta a tiempos de Federico I de Prusia, estableciendo la raza en 1732, usando para ello pequeñas yeguas nativas, llamadas “Schwaike” y cruzándolas con sementales Pura Sangre Inglés importados de Inglaterra y con Pura Sangre Árabes, según fuentes de THE AMERICAN TRAKEHNER ASSOCIATION. La historia del Oldemburgo, se remonta al Conde Antón Günther von Oldenburg (1603-1667), citando información THE NORTH AMERICAN DIVISION OF VERBAND DER ZÜCHTER DES OLDENBURGER PFERDES E.V.
Durante el siglo XIX se da forma a la raza y posteriormente, en 1935 se da entrada al primer semental Pura Sangre Inglés para mejorar la raza. Según THE IRISH DRAUGHT HORSE SOCIETY OF NORTH AMERICA, en el Siglo XII, arribaron en Irlanda los Anglo-Normandos con sus fuertes caballos de guerra que dejaron patente su influencia. Siglos después, durante el XVI, se produce un fuerte mestizaje entre caballos españoles con yeguas autóctonas irlandesas. Pero es la centena que va de 1850 a 1950, la época durante la cual se fija la morfología del caballo irlandés que conocemos actualmente, cuando se cruzaba estas yeguas con Pura Sangre Inglés obteniéndose el afamado mundialmente “Irish Hunter”, actualmente conocido como Caballo de Deporte Irlandés.
Conociendo estas exitosas experiencias de cruzamientos, no es de extrañar que algunos entusiastas del deporte hípico intentasen el cruzamiento entre yeguas de tiro ligero de la zona de Babia, en León con sementales pura sangre pero el proyecto quedó ahí. Personalmente creo que aunque pudiera ser una buena idea a largo plazo, la escasa selección de las yeguas madres para fines deportivos nos conllevaría mucho más tiempo y trabajo, siendo más efectivo aprovechar las mejores yeguas PRE o H-á como población de yeguas madres con una genealogía estricta y con resultados deportivos contrastados, tanto de ellas mismas, si fuera el caso, como de padres, hermanos, etc. La única ventaja que podríamos obtener de utilizar otras razas autóctonas poco seleccionadas es que el tamaño de sus crías sería ser lógicamente mayor, aunque este detalle actualmente está en desuso y se prefieren caballos de una talla mediana pero mucho más elásticos que el formato antiguo que todos conocíamos de los caballos de deporte europeos de hace unos años.
Las ventajas de este caballo “media sangre español” o “tres sangres” son muchas, destacando su versatilidad, pudiendo utilizarse para la alta competición de salto, como los ejemplos antes citados, como para concurso completo, también para doma, así como en faenas camperas, acoso y derribo, rejoneo, etc. Estos caballos serían únicos en el mundo ecuestre, aprovechando las características raceadoras del pura sangre, con la nobleza, la disposición al trabajo y la rusticidad de nuestras yeguas españolas. A cualquier otro país le sería muy difícil “fabricar” este tipo de caballos, ya que ninguno posee la cabaña de yeguas de raza PRE e H-á, que en nuestro caso harían el verdadero papel de yeguas nativas que hemos visto en otros países. En definitiva, estaríamos creando el verdadero CABALLO ESPAÑOL DE DEPORTE, que se distinguiría del CDE por el aporte de sangre española, siempre aportado a través de las yeguas.
Por último, y reiterando un punto de vista personal, hay otra variante para cruzar esta población de yeguas españolas con otra raza que no sea el PSI y obtener caballos de deporte. La utilización de sementales Holstein o Holsteiner puede resultar muy beneficiosa por múltiples motivos, mucho más que cualquier otra raza europea, pero estos porqués se explicarán en un capítulo aparte.