jueves, 30 de diciembre de 2010

ACERCA DE LA FLEXIBILIDAD DE LAS ARTICULACIONES

Ayer le comentaba a Julia la importancia que tiene, en el trabajo cotidiano, el control –yo diría que riguroso- de las articulaciones, tanto las del caballo como las nuestras. Y le ponía el ejemplo de las múltiples transiciones que, en una sesión de monta, le pedimos al caballo y que éste nos suele reaccionar moviendo cuello y cabeza. Prácticamente, es el mismo problema que comentaba en el artículo de la Copa Presidente del mes pasado.

Pero hoy añado dos frases que creo que os ayudarán a comprender y resolver mejor el problema.

Una es de la Dra Deb Bennett del estupendo capítulo “The Ring Of Muscles” de sus libros “Conformation Analysis” y que dice: “El entrenamiento físico de ambos (j/a y caballo como pareja de baile) consiste en la flexibilidad de las articulaciones de los miembros y cuerpo, y así distribuir los movimientos bruscos por el máximo de articulaciones posibles, pero no disminuir los movimiento bruscos”. Esto es perfectamente aplicable al caballo y a j/a, sobre todo en el salto. Por esto vemos en la élite, que aparentemente no hacen nada. Lo mismo podemos decir de las transiciones.

La otra frase es de Dominique Olivier, de su colección de artículos titulados “L'equitation raisonnee” cuando se refiere al remetimiento de los pies, y que nos aclara perfectamente el funcionamiento de las articulaciones. Lo mismo: aplicable a caballo y caballista. Dice así: “remetimiento de los pies haciendo flexionar el mayor número de articulaciones posibles, desde los riñones hasta los menudillos. Más articulaciones diferentes se flexionan para un mismo fín, menos debe flexionarse cada articulación. Este reparto del trabajo sobre todas las articulaciones facilita el trabajo del caballo. Más vale activar un poco varias articulaciones que mucho una sola. Esta sinergia facilita además, la movilidad de las otras: una articulación a mitad flexionada, dispone de mucha más latitud de acción en los dos sentidos, que una casi totalmente flexionada”

También esto ayudará a comprender mejor los artículos sobre “La columna vertebral, origen del movimiento”

Paz y espero que os sirva a alguien

sábado, 25 de diciembre de 2010

MI ORACIÓN NAVIDEÑA

Este año voy a seguir pidiéndole a Dios (Alá, Yahvé) por mis alumnos –y desde hace 360 días por mis lectores también- para que nos dé paciencia y serenidad para

- aceptar las cosas (o caballos, o nosotros mismos) que no podemos cambiar;

- fortaleza y coraje para cambiar las cosas (o caballos o nosotros) que sí debamos cambiar,

- y sabiduría para discernir ambas.

Y de paso, un poquito de voluntad de querer cambiar.

Ah! Y que tengamos siempre bien presente el verso de Juan Ramón Jiménez: “qué difícil es juntar el tiempo de frutecer con el tiempo de sembrar”. Y vale para caballistas y para padres.

Paz y Feliz Navidad. Y esta vez espero que os sirva a todos.

P. S. Esta es mi versión de la oración del Dr. Niebuhr. La leí por primera vez en un libro de caballos “HORSES are made to be HORSES” (Los caballos están hechos para ser caballos) de Franz Mairinger. Desde entonces, hasta en periódicos.

viernes, 24 de diciembre de 2010

ACERCA DE LA RAMITA EN EL SUELO

Es de lo que me sirvo para enseñar a llegar a la distancia correcta en el salto. Y no falla.

La razón -o las razones-?, se me ocurren dos:

1ªLa mirada: parece ser que es muy importante en el salto, pero resulta que hoy en día ya nos vamos convenciendo de que no hay que mirar al salto. El mejor ejemplo en España, nos lo da Margaret Mollet. Al primero que recuerdo que nunc a miraba el salto en entrenamiento fué, por el año 65 del siglo pasado, al insigne Alfonso Queipo de Llano cuando entrenaba en la Escuela. Posteriormente, Michel Robert, Sally Swift y más, nos dicen que hay que utilizar la mirada panorámica ante el salto en lugar de la focal.
Pero los que me han aclarado lo que es la mirada humana, han sido Berthoz -citado por Dominique Olivier en uno de sus magníficos libros sobre caballos- que dice: "en lugar de mirar a dónde va, el individuo va a donde mira". Primer dato importante. Y el otro es Zutt, del que leí -no era un libro de caballos aunque me reveló algo importantísimo-: "Zutt ha llamado la atención acerca del hecho de que, cuando un sujeto mira un objeto en el espacio, su yo está más en el objeto mirado que dentro, por así decirlo, de su propio espacio corporal. La acción, pues, de mirar parece rebasar los propios límites de la corporalidad". Ejemplos que todos hemos vivido: cuando alguien se pega una nata a caballo -o vemos dos coches chocarse-, siempre nos impresionamos. Por qué? porque la mirada nos pone en en el lugar del accidente o del accidentado. Otro ejemplo: al ir hacia el salto, muchas veces se tiene la sensación de atropellarlo. ¿Por qué? porque nuestra mirada nos lleva a donde miramos, o sea, que acabamos llevándonos la barra con los dientes. Como cuando, conduciendo,vemos algo en la carretera que queremos esquivar y acabamos pasando por encima.

2ª razón: Cuando saltamos a caballo, es muy normal hacerlo con criterios humanos. Me explico: cuando saltamos, seamos especialistas o por simple necesidad, siempre lo hace el humano desde el pie del obstáculo. Más que una parábola, el humano lo que describe en el salto es una especie de elipse: sube verticalmente, pasa el obstáculo y vuelve a bajar también verticalmente. En cambio, el caballo, lo suyo es hacer o describir un parábola totalmente curva, incluso un poco aplanada. O sea, totalmente opuesto a lo natural para el hombre. Por eso vemos en muchos recorridos de aficionados, sobre todo en los verticales, meter un tranco de más para meterlo debajo, lo que para el caballo es totalmente antinatural.

Conclusión: como ya sabemos que la distancia ideal de la batida de un caballo es, para un vertical, una vez y media dicha altura, si ponemos una ramita a la distancia correcta y la miro, la mirada me llevará a ella con un error mínimo. Después de un montón de repeticiones, en entrenamiento, en todos los saltos, una barra de llamada a un metro del pie del salto. No exagero. Y no mirar nunca la barra para no ser atraído por ella. Esta sí que es una atracción fatal. Para los fondos, la distancia de batida ideal es muy poco más corta.

Otro consejo: Muy importante pasar barras en el suelo pero, mirando más de medio metro por delante de la barra, buscando una batida que nos parece lejos. Pero que no lo es.

Paz y espero que te sirva, Israel. Y a alguno más...

martes, 21 de diciembre de 2010

ACERCA DE UN RECORRIDO PEDAGÓGICO

Os invito a que veais con detenimiento este vídeo de DANIELLE COOPER. Sé de ella lo mismo que vosotros estais viendo. Pero muchas enseñanzas podemos sacar.Os escribo mis conclusiones u ocurrencias después de haberlo visto unas cuantas veces. Y que conste, que cada vez descubro algo nuevo.
Debe ser un recorrido Hunter moderno, muy del estilo de mi prueba EquiQ.
A continuación mis conclusiones.


-Es una mezcla de recorrido de salto con recorrido de doma, sin letras, pero con transiciones a los tres aires entre los saltos.

-Primer dato que nos aporta la silueta del caballo (el “frame” de los americanos): posición del cuello y cabeza exactamente la misma a lo largo de todo el recorrido, incluídas las transiciones, la aproximación al salto y la recepción del mismo. Sólo estira el cuello durante la parábola del salto porque es el único momento en que el caballo no apoya ningún pie en el suelo (lógico). Pues tan lógico como esto es dejar que “emplee” el cuello sólo –como decía antes- cuando no tiene ningún pie en el suelo. Al primer jinete que recuerdo capaz de salir del salto con el caballo ya equilibrándose, fue al incombustible HUGO SIMON montando a Apricot. Yo juraría que fue el pionero en esta inmediata recuperación del equilibrio después del salto. Sigue siendo dificilísimo hacerlo medianamente bien. Para aprenderlo pronto, están estas pruebas entre las que incluyo a mi EquiQ, de la que estoy orgullosísimo. Es mi aportación a la pedagogía de la Equitación. Ni de salto ni de doma, sino deportiva y de respeto al caballo.

-Las transiciones las hace manteniendo cuello y cabeza en la misma posición: al caballo, el cambio de equilibrio no le queda más remedio que hacerlo con los pies

-Las dos transiciones trote galope las hace saliendo en trocado, primero a la izquierda y la siguiente a la derecha

-Las ayudas o señales de la amazona, totalmente invisibles: “que el caballo lo sienta pero que nadie lo vea”

-A la salida del caer y batir da dos trancos de galope y cae perfectamente al trote. Los dos saltos siguientes son los únicos en los que el caballo no pone los antebrazo totalmente horizontales>; señal de que está un poco más sobre las espaldas. Casi diría el propio del trote

-En el último salto se aprieta un poco pero sin llegar a correr ni a cambiar la silueta (el “frame”). Apretar el culo –impulsarse más- no tiene que ser correr. Impulsión y velocidad son dos conceptos totalmente distintos y muy fácil de confundir en la práctica. Y el que esté libre de pecado que tire la primera piedra.

-Detalle importante: Danielle, apenas si baja el talón, luego no hace fuerza sobre el estribo; luego no bloquea la articulación; luego no pierde en absoluto el equilibrio en ningún momento

Paz y espero que os sirva a alguien



martes, 14 de diciembre de 2010

CONTESTANDO A CLAUDIA (sobre el equilibrio en el salto)

"tengo un caballo desde hace casi un año. Cuando lo compré lo estaban enseñando para doma, pero (...) me dio buena impresión también para salto, ya que es un caballo grande y con mucha fuerza, y me parecía bastante rápido de movimientos. Después de dos meses de trabajarlo para salto con mi nuevo entrenador hemos visto que el caballo es un poco rígido, no es ágil en la batida,no acaba de remeter bien los posteriores para partir, salta "de flecha" y se lleva siempre alguna barra por delante, y es una pena porque el caballo tiene fuerza y no rehusa nunca frente al salto"

Hola Claudia:
Por los datos que me das: rígido, poco ágil en la batida, sin meter los pies, saltando hacia delante y llevándose barras -supongo que con las manos-, el problema del caballo es que llega al terreno del salto y bate con muy mal equilibrio. A lo mejor hasta te pesa a la mano. Y es que el equilibrio para saltar no es el que yo siento y más o menos apruebo, sino el que el caballo necesita precisamente para saltar. Por comodidad abandonamos al caballo quitándole todo apoyo y lo que realmente conseguimos es que llegue sobre las espaldas. Y así imposible saltar.

Lo primero que hay que conseguir es que aprenda a avanzar al paso con la nuca bien alta. Al principio les cuesta la vida. El mejor recurso es siempre la fusta larga pero nunca para que huya hacia delante, sino para que aprenda a meter los pies, apretar el culo y que avance. Como siempre, hay que empezar por enseñar al caballo al paso. Incluso saltaría al paso cruzadas con barra de tranqueo a menos de tres metros, y barra de llamada a más de medio metro. Y conforme le vayas subiendo el salto, ir separando la llamada. Sin ningún miedo. Esta posición, muy incómoda para el caballo en principio, es totalmente necesaria para cambiar su equilibrio y la elasticidad de todas sus articulaciones, imprescindibles para saltar bien y en las mejores condiciones para él. Estoy seguro que si te bajas de él y le saltas en libertad, verás que lo primero será subir la nuca y bajar la grupa porque mete los pies. Pues contigo montada que aprenda lo mismo: nuca bien alta y que avance.

Insisto en la barra de llamada bien salida. A partir del metro de altura, un metro salida la barra. Como mucho, se equivocará una vez y meterá la pata. Pero dudo que vuelva a cometer el mismo error. Que el caballo aprenda a aguantarse donde deba, y no donde a él y a ti os resulte cómodo. Los caballos no tienen ningún sentido del futuro. En cambio nosotros lo tenemos siempre presente. Es la base de toda enseñanza. Con los niños lo tenemos asumido; pues con los caballos también.

Paz y espero que te ayude a disfrutar más de tu caballo. Y que le sirva a alguien más.

lunes, 13 de diciembre de 2010

ACERCA DE LOS ADUCTORES

Hola, Ramón y muchas gracias por tu comentario. Espero que te sirva mi opinión sobre los aductores.

Aunque eres bastante más joven que yo, doy fe de que conoces el mundo del salto desde hace, por lo menos, un tercio de siglo largo. Y, consiguientemente, has ido tomando nota -y me consta que en ello estás- de los cambios tan vertiginosos que se han ido produciendo. Pistas más pequeñas, trazados sinuosos, obstáculos más delicados, velocidades de vértigo. En fin, amontonamiento de la faena, tanto para el caballo como para el caballista. Como consecuencia, una nueva exigencia: precisión.

Hasta hace unos años había una monta italiana, otra francesa, otra americana, otra alemana, etc, etc. Hoy en día sólo existe una monta: la precisa para que el caballo salte en las mejores condiciones y con el mínimo esfuerzo. Lo que en deporte, en ergonomía y en cualquier actividad corporal (yo creo que todo es lo mismo) es el gesto confortable. No sé si viste hace unos días el Gran Premio de Helsinki: 14 obstáculos en una pista de 60x30. No vi a nadie agobiarse por disponer de 2 ó 3 trancos en línea recta para atacar el salto. Y así uno detrás de otro. Posición de todos los participantes: si no irreprochable, sí de sobresaliente todos.

En los recorridos actuales los cambios de equilibrio son numerosos en poco más de un minuto. Y aquí no vale diferenciar el del caballo y el del caballista porque ambos deben ser uno. Y para una buena fijeza en la montura con el fin de acompañar todos los movimientos del caballo, el caballista ha tenido que acortar un poco los estribos para facilitar la fijeza en la montura gracias a los ADUCTORES, músculos que hacen que presionemos la rodilla contra la montura (en cambio, los abductores son los que separan las rodilla -la pierna- de la montura). En la alta competición es curioso ver como muchos caballistas utilizan la pierna más para equilibrarse y fijarse en la montura (rodillas apretadas gracias a los ADUCTORES) que para poner delante a los caballos. Normalmente, el ir siempre adelante y sin perder en ningún momento el equilibrio, es la base del entrenamiento de estos caballos. Están tan machacados, que ya en la pista no necesitan más que un excelente pilotaje. Esto mismo dijo Ph. Lejeune de Hickstead después de montarlo en la final del Campeonato del Mundo

Además tengo comprobadísimo en nuestra monta de estribos cortos, con alumnos desde tanda para arriba, incluso bien arriba, que si todas las transiciones -incontables las que se hacen en el trabajo cotidiano con un caballo- se hacen fijando previamente la rodilla en la montura -gracias a los ADUCTORES-, desde el primer tranco de la transición, ésta es correcta, y el caballo encantado porque no le damos culadas ni tirones. Es todo pura fluidez, como debe ser. Porque esta fluidez le permite al caballo el poder hacer todos sus gestos confortables. Para mí, el objetivo del trabajo diario, gimnasia, doma, o como queramos llamarle es, siempre, el gesto confortable del caballo. Y como tengo bien claro que, primero que nada, soy una masa transportada, como un niño llevado a hombros o como una mochila, si además soy inteligente, mejor para el caballo.

Primera condición: fijeza en los puntos de aplicación. Segunda condición: que nos sientan siempre de la misma manera, más fijeza. Recurso disponible de la persona: pies debajo del culo y ADUCTORES fijando la rodilla en la montura. Y todas la articulaciones elásticas para que el gesto de amortiguación constante a caballo al trote y galope en suspensión y en el salto, se reparta entre todas las articulaciones y no en unas pocas. Lo que bloquea las rodillas no son los ADUCTORES, sino la mala posición del pie. Cuántas cosas nos faltan por descubrir para ponerles más fácil al caballo nuestra monta.

Hace poco más de medio siglo, Desmond Morris decía que si el perro era el mejor amigo del hombre, el caballo había sido su mejor esclavo. Y digo yo: a la Historia me remito. Pero también digo y creo que estamos en una época de buscarle el cambio de condición.

Ramón, paz y espero que te sirva a ti y alguno más

sábado, 11 de diciembre de 2010

ACERCA DE LA POSICIÓN (contestador del blog: a Israel)

A Gabriel, Eduardo y Jorge (una pena Jorge que no te animes a colaborar más), tengo mucho que agradeceros porque sois mis cirineos
Israel: ¡claro que me acuerdo de tí! y de tu yegüita castaña.
Te doy mi versión de cómo mejorar postura y equilibrio. Una de las cosas que aprendí a practicar desde el primer día de mi época de seminarista -y que no he dejado de practicar desde entonces- es la meditación; reflexionar sobre mi vida pasada en todas sus facetas para intentar mejorar mi vida futura inmediata, o sea, empezando por mi presente. Y cómo aprendíamos: meditando. Como el forjador aprende forjando.

Aplicación a mi vida de caballista que quiere mejorar posición y, consiguientemente, equilibrio. Uno sin otra, no existen. Primero, saber exactamente dónde estoy o, mejor dicho, conocer mi cuerpo al dedillo para saber qué partes de él están en su sitio y cuáles hay que mejorar. Aunque nuestros gestos son mucho más sencillos que los de un bailarín, su transcendencia es la mima en cuanto a que afecta, y mucho, al equilibrio del caballo. Y reconozco que es muy difícil tomar conciencia de ello. Pero hay ejercicios muy simples que nos ayudan a darnos cuenta. Pongamos el zoom: si a caballo parado, hago como que troto a la inglesa a cámara lenta, pronto me daré cuenta si soy capaz de mantener el equilibrio sin ningún esfuerzo extra de ningún segmento de mi cuerpo: no hay tensión más que en los músculos que nos aguantan de las piernas. Los músculos de la espalda no tienen que intervenir. Si el pie está siempre debajo del culo, la espalda ligeramente adelantada para que no haya ningún segmento de nuestro cuerpo en la vertical, cada vez que volvamos a la montura, las articulaciones impedirán la culada. La culada es señal importante que nos dice si perdemos el equilibrio. Así pues, ninguna tensión muscular innecesaria y, fundamentalísimo, ninguna articulación bloqueada. Soy consciente de la cantidad de veces que he repetido la palabra "ningún". Cuando es de vez en cuando y, mucho peor a menudo, es porque lo estamos haciendo mal. Las culadas, desplazamientos del culo (adelante o atrás y hacia los lados) y colgates instantáneos de las riendas son evitables, aún cuando creemos lo contrario, en los aires más vivos.

Aquí entra lo segundo: la voluntad de cambio, el propósito de la enmienda. El gran problema del aprendiz humano es que, para incorporar algo nuevo, muchas veces nos toca reestructurar lo que veníamos haciendo. Y esto es lo que nos suele pasar a caballo. "Si llevo muchos años manejándome a mi manera a caballo, para qúe voy a cambiar, si aparentemente va a ser muy poco pero con un costo mental y físico muy grande". Es muy fácil en caer en la tentación de este pensamiento. Cuando la verrdad es que el hábito de la voluntad de cambiar y los pequeños cambios que vamos añadiendo, son los que construyen y conforman al verdadero caballista. Reflexión para conocernos mejor y conocer mejor al caballo. Tener objetivos bien claros, lo cual exige más conocimientos. Y voluntad de querer cambiar. En la Equitación nos encontramos montones de túneles y, sólo cuando estamos bien metidos, empezamos a vislumbrar la luz. Cuantos cambios de accesorios -sobre todo artilugios y embocaduras-, incluso de profesor o de caballo, cuando el primero que debe cambiar es uno mismo. Razón tenía el gran historiador Toynbee al decir que a la humanidad siempre le ha gustado más cambiar de habitat para no tener que cambiar de hábitos.
Y no hay que olvidar nunca los aductores...

Paz y espero que os sirva a alguien más