lunes, 31 de enero de 2011

CONTESTADOR DEL BLOG (a Ramón, Jorge y Javi)

Tanto mi buen amigo RAMÓN como JAVI, estáis totalmente de acuerdo en que a quien hay que imitar es a Zoer y no a Honfeld. Personalmente creo, que si C. H. hubiera seguido compitiendo hasta nuestros días, su Equitación hubiera seguido evolucionando y, seguramente, hoy seguiría siendo un genio pero del siglo XXI. Mi pretensión era mostrar cómo se montaba hace 25 años y cómo se debe montar hoy en día. O aspirar. Por la misma razón que los coches de ahora son mucho más confortables y seguros que los de hace un cuarto de siglo. Y la ciencia –y consiguientemente la técnica- no paran de avanzar. Gracias a Dios, del caballo cada vez se sabe más, o se le conoce mejor, lo cual conlleva un mejor aprovechamiento –respeto- del mismo.

Uno de los jinetes españoles adelantado a su época fue Federico (Fico) Morugán. Sigo pensando que nadie le ha superado en cuanto a la doma de sus caballos. Sus recorridos –los últimos, de hace aproximadamente un cuarto de siglo– eran totalmente “modernos”: el galope de sus caballos era exactamente el mismo de principio a fin, sin cambiar en ningún tranco –ni siquiera en la batida– el ritmo o el equilibrio. La posición del cuello y cabeza del caballo era invariable a lo largo del recorrido: sólo se estiraba en el aire. Fico parecía que no hiciera nada, que se limitara a viajar. Su Equitación, muy parecida a la de A. Zoer.

Creo que todos los caballistas, y aspirantes, debiéramos ser conscientes de esta evolución e, incluso, estar preparados –a base de estudiar más y mejor no sólo al caballo sino también a la persona que aspira a caballista– para no ir demasiado a remolque. Al fin y al cabo, la intención de mis escritos es, precisamente, despertar la curiosidad por conocer mejor nuestro número y al animal –el caballo– que lo soporta. La experiencia está para ser transmitida.

JORGE pregunta cómo poner a un caballo redondo. Hoy me resulta muchísimo más fácil y rápido el hacerlo que el explicarlo. Hace unos años, totalmente al revés. Explicarlo, tal como lo tengo in mente, va a resultar un libro, no muy extenso, pero con profusión de imágenes. Me gustaría que se pareciera a la EQUITATION RAISONNEE y también DRESSAGE de JEAN LICART, con los conocimientos y la tecnología actuales. Voy a pensar en estos días la posibilidad de resumirlo. El problema de la Equitación es que hay tantísimos detalles importantes y a los que no se les echa cuenta, que al final, lo que sale se parece poco a la idea inicial. Una asignatura no se aprende a base de retazos o capítulos que nos gustan, sino de un estudio riguroso del texto correspondiente.

JAVI, mi correo es: josemanuel.salespons@gmail.com, puedes escribirme cuando quieras.

Paz y espero que sirva a alguien

viernes, 21 de enero de 2011

DOS VÍDEOS A 25 AÑOS: EQUILIBRIO Y COORDINACIÓN DE MOVIMIENTOS

Os invito a mirar antes que nada estos dos vídeos de grandes jinetes del momento, separados por 25 años. Luego los analizaremos.

El primero es de Conrad Homfeld montando Abdullah, en la final que ganaron de la Copa del Mundo -la Copa Volvo por entonces-, de 1985. El segundo es de Albert Zoer montando Uraguay, hace unos pocos meses. Como véis, 25 años de por medio.


Hace pocos años, le oí decir al gran bailaor Joaquín Cortés su definición del baile, que bien se puede aplicar a nuestra Equitación: "Equilibrio y coordinación de movimentos". Este criterio es el que aplico en este análisis.

1985. Conrad Homfeld sobre Abdullah. En este vídeo ya se observa desde el principio, en las transiciones paso-galope, cómo cada uno, caballo y jinete, van por su lado. Durante todo el recorrido hay cambios bruscos de ritmo y de equilibrio, tanto de uno como de otro. Al montar un poco largo, su fijación en la montura la hace con las pantorrillas, lo cual supone un punto de aplicación muy bajo, por lo que el culo se le va para atrás y los pies adelante: es el momento de "cargar hacia atrás" haciendo que suba más cuello y cabeza: balancín del caballo. A continuación, en los trancos previos al salto, empuja soltándole la cara para que estire el cuello y corra hacia el salto. Gracias a la mecanización del trabajo, las llegadas son cómodas -dentro de lo que cabe- y el caballo pasa el salto siempre igual, sin bascular bien del todo y las manos casi rozando las barras: primacía de la componente horizontal del salto sobre la vertical. En el aire, el jinete hace un gesto forzado de coger y acompañar. Tanto en jinete como en caballo hay cambios de equilibrio en cada salto: peso atrás -sobre todo en las vueltas- y correr hacia el salto en los últimos trancos. Tampoco hay buena coordinación: en ningún momento el caballo tira bien del jinete y su cuello no lo puede utilizar bien. Esta era la manera más generalizada de saltar en aquella época

2010. Albert Zoer sobre Uraguay. Aunque este vídeo no nos muestra ninguna transición, sí que doy fe que, en todas, la coordinación es perfecta. Como lo es durante todo el recorrido. La posición cuello-cabeza sólo cambia en el salto, momento en que el caballo no tiene ninguna extremidad apoyada en el suelo. Mientras galopa, son los pies del caballo los que están superactivos -cuello y cabeza en la misma posición- y las manos del jinete en ningún momento pierden el contacto con la boca del caballo (ni le encogen el cuello). Los trancos del galope sufren cambios mínimos, prácticamente imperceptibles. Al llevar los estribos un poco más cortos, le permite solidarizarse con el caballo por medio de los aductores, con lo cual el punto de aplicación sube mucho respecto del de las pantorrillas, razón por la cual el equilibrio es mucho mejor, facilitando la coordinación de movimiento. La inercia de los cambios bruscos en los giros y en el salto no le afectan. Por eso en el aire el contacto mano-boca es siempre el mismo en todos los saltos.

Como se ve, el equilibrio y la coordinación de movimientos, son mucho más perfectos ahora que hace 25 años.

Se me ocurren estas conclusiones prácticas:

- Equilibrio -posición- del j/a inamovible. Ya no vale el ahora atrás y ahora adelante. Importantísimos los aductores. Y los pies, siempre, debajo del culo

- Contacto mano-boca constante. Las variaciones de tensión, por ejemplo, entre mínimo 5 y máximo 15, y no entre 0 y 30. Dedos, sobre todo meñique, y no bíceps. Ni cargar demasiado peso sobre las riendas (ni nos enteramos cuando lo hacemos).

- Pies del caballo bien activos y cuello-cabeza en la misma o muy parecida posición durante todo el recorrido. Los cambios, que no lleguen a encoger el cuello del caballo: avanzar en las vueltas y no correr nunca hacia el salto. Que el caballo pueda bascular en los últimos trancos: que aumente la componente vertical del salto y, a continuación, que utilice la horizontal. Así los caballos baten con fuerza y las manos, normalmente, pasan con holgura. Y los pies, luego, lo mismo.

- Sobre la mirada: os aconsejo que leáis lo que recientemente puse sobre la misma. Seguidamente, lo que dice Sally Swift . Creo que os ayudará a entenderla mejor.


Finalmente, os recuerdo el consejo de San Agustín: lo primero en el orden de la intención es lo último en el orden de la ejecución. Y para ello hace falta tiempo para repetir, repetir y repetir hasta la saciedad. Y aprovechar también el consejo de Kierkegaard: como los niños, hay que tomarle gusto a la repetición.

Paz y espero que os sirva a alguien