domingo, 17 de enero de 2010

SOBRE EL ORDEN DE PRIORIDADES

Me dice mi sobrino y colega Pedro Juan que podía empezar por exponer mi criterio sobre el orden de prioridades en toda enseñanza de la Equitación.
Normalmente en nuestro número intervienen 4 personajes: profesor, alumn@, caballo y padres. Y cada uno con unas exigencias.
En el primer capítulo de sus “Questios Equestres”, el General L’Hotte ya nos advierte que “en Equitación, incluso para enseñar los principios, hace falta saber mucho”. Y mucho es de muchas cosas porque los problemas que se plantean a diario así lo exigen. Incluidos los de principiantes.
Al alumn@, independientemente de su nivel, hay que darle ideas muy claras de sí mismo (limitaciones que le impone su propio cuerpo), conocer el funcionamiento del cuerpo y de la
mente del caballo y compartir objetivos. Sobre este tema me vienen a la mente siempre dos grandes ideas. La primera de San Agustín, quien cuando dijo “conocerme, conocerte” es como si me estuviera diciéndome: “si quieres ser un buen hombre de caballos (en adelante utilizaré la palabra “caballista”), conócete mejor a ti mismo y esfuérzate en conocer mejor al caballo”. La segunda es de “El Principito” de Saint-Exupéry, en el que el Monarca Absoluto siempre da órdenes razonables: nunca le pide a un súbdito nada que no pueda hacer.

El problema que me he encontrado absolutamente en todos los niveles, de principiantes a olímpicos, es el desconocimiento de nuestro propio cuerpo. Resulta que ninguno de nuestros gestos instintivos aparecieron en nuestro proceso evolutivo para montar mejor a caballo, y sí para defendernos de cualquier peligro. Y el caballo, para un novato, entraña bastante peligro: real o, sobre todo, figurado.

La centaurización no es un objetivo del experto sino que empieza en el novato . Una posición que incite desde el principio a adquirir equilibrio y fijeza, lo que equivale a seguridad y disponibilidad para conseguir el gesto confortable del caballo en vistas al objetivo de cada uno.
En cuanto al caballo, conocerle de verdad. Desmond Morris nos dijo que “si el perro ha sido el mejor amigo del hombre, el caballo ha sido el mejor esclavo del hombre”. Así ha sido desde que el hombre lo domesticó (tema interesantísimo que ya desarrollare más adelante).

Aunque dedicada a j/a más avanzados, mi primera publicación en el blog ha sido precisamente el respetar ese orden de prioridades por el mero hecho de montarme en un caballo. El segundo artículo será "El paso de peatón a jinete/amazona: prioridad en la posición a caballo".

Los padres. Yo creo que el objetivo último de todo enseñante debe ser hacer de su alumn@ un buen jinete/amazona y una buena persona. Es lo que los padres deben exigir y dejar hacer. Hace poco comentaba con una madre atribulada con la educación de sus tres hijos universitarios mas el caballo, y para darle un poco de paz le recordé un verso de J. R. Jiménez (por cierto, no de “Platero y yo”) pero que intento utilizarlo a diario: “qué difícil es juntar el tiempo de frutecer con el tiempo de sembrar”. La misión de los padres con los hijos, de los profes con los alumn@s y caballos y de los j/a con los caballos, es sembrar, y cuanto más y mejor, mejor. A los padres les digo: la gran ventaja de la competición de nuestro deporte es poder disfrutar de los hij@ los fines de semana.

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