jueves, 8 de julio de 2010

REFLEXIONES SOBRE ARTÍCULOS ANTERIORES

A continuación os ofrezco algunas pequeñas reflexiones a modo de resumen de gran parte de las cosas que hemos ido comentando hasta ahora.

1. La Equitación es un “saber hacer”. Y no se puede hacer bien lo que no se saber. Hace siglos San Agustín ya nos advertía que lo primero en el orden de la intención, es lo último en el orden de la ejecución.

2. Al montarnos en un caballo lo primero que hemos de buscar es que nos lleve y que se lleve bien, para lo cual hay que procurar que todas sus acciones sean a partir de gestos confortables. Requisito que es indispensable para todo atleta de cualquier especialidad o disciplina.

3. El cuello del caballo es la parte más deformable de su cuerpo. Y también es el mamífero con el cuello más deformable. Tal vez por ello el Profesor Marey dijo en un discurso en la Academia de Ciencias de París, hace poco más de un siglo, que había llegado a la conclusión de de que el caballo era el animal en el que la economía del esfuerzo había alcanzado la mayor perfección. Una de las razones de lo que el caballo ha supuesto en la Historia de la Humanidad.

4. Nuestras manos, principales agentes de la conducción del caballo (primer estadio de la actividad hípica) actúan sobre los resortes (articulaciones) que hay entre la boca del caballo y la mano de jinete/amazona, conformando o deformando el cuello del caballo desde la mandíbula (articulación témporo-mandibular) hasta la base del cuello (articulación cérvico-tórácica). El asiento -posición y equilibrio- y las piernas colaboran para que las sinergias (concordancias) musculares del caballo hagan que toda su maquinaria funcione más o menos ordenadamente según la pericia del jinete/amazona.

La sinergia muscular más importante del caballo es la de la base del cuello con los riñones, la misma que actúa en una persona que tiene que llevar una carga sobre su espalda. Esta cualidad le hace completamente distinto a los demás mamíferos (a excepción de delfines y ballenas).

5. Como en el toreo, a caballo hay que hacerlo todo hacia adelante. Facilísimo de decir y dificilísimo de hacer, pues nuestra mano, por naturaleza, en absoluto colabora a ello. De hecho, una mano no educada es la que más retrasa nuestro progreso en la equitación. Sobre todo en la disciplina del salto, donde los cambios de equilibrio del caballo son constantes y muy bruscos, y donde la pretensión del común de los jinetes/amazonas es la de “echar el peso hacía atrás”, como si esto fuera posible. Y es que, la representación mental que nos hacemos es la de que hay que tirar de las riendas para, creemos, echar el peso del caballo atrás. Mientras el jinete/amazona pese entre una séptima y una décima parte de lo que pesa un caballo, esto es imposible. Lo que sí puede y debe hacer –sólo que es un problema de aprendizaje arduo- es retener con las manos y dejar que los pies entren. De esta manera, el caballo, de manera natural, naturalmente cambia su equilibrio.

Utilizando el símil del coche, sería la diferencia entre utilizar sistemáticamente el freno por el cambio de marchas: el freno lo sabe utilizar todo el mundo, y el cambio de marchas lo utilizan los más expertos. Igualmente los humanos, cuando corremos, los cambios de velocidad los hacemos no frenando, sino cambiando nuestro equilibrio, lo que en una máquina equivale al cambio de marchas. De la misma manera los cambios de velocidad del caballo deben hacerse no tirando de las riendas -frenando- sino resistiendo para que pueda cambiar su equilibrio y así reducir la velocidad.

Al hablar del movimiento hacia delante del caballo, me quedo con la definición que dan los franceses de la IMPULSION, porque creo que no tiene desperdicio: “deseo constante (en el caballo) de ir hacia delante”.

6. En la disciplina hípica en la que más se notan las deformaciones del cuello del caballo es en la de salto. Cuando entre obstáculo y obstáculo hay muchos trancos, es fácil ver a un caballo con el cuello redondo. En cambio, en la aproximación a la batida normalmente llegan a invertir el cuello y poner la cara en la horizontal. Esta posición es totalmente natural porque predispone al caballo al equilibrio ideal para la batida del salto. Lo que en lenguaje deportivo es la anticipación del esfuerzo. Sin embargo en la doma la posición del cuello y cabeza es prácticamente invariable en toda la reprís, fundamentalmente porque las variaciones del equilibrio del caballo son mínimas.

Un defecto grave por el poco valor que se le da (aunque de relativa fácil solución) es la falta de acuerdo entre la posición del cuello y la amplitud del tranco, que se nota sobre todo en los alargamientos y en el paso: ocurre que se le empuja al caballo para que acelere y, sin embargo, no se le deja que estire el cuello en la medida que lo necesite. Como consecuencia, el caballo no adopta el equilibrio más idóneo al nuevo aire. En cambio, como ya hemos comentado más arriba, nosotros utilizamos los cambios de equilibrio, de manera natural, para acelerar o frenar. De hecho, cuando pregunto a un alumno cuál es su primer gesto para salir caminando de parado, todos me contestan que lo primero es echar un pie adelante…, y no es verdad: lo que realmente hacemos es inclinarnos ligeramente hacia adelante y a continuación avanzamos un pie.

Así pues, el que un caballo esté “sordo a la pierna”, no suele ser un problema de falta de respuesta a la misma, sino que es la mano la que no le deja avanzar, con lo que en una situación de conflicto el caballo llega a “pasar” totalmente de la pierna. Con razón decía Baucher que hay que montar “PIERNAS SIN MANOS Y MANOS SIN PIERNAS”: la mejor manera de no confundir al caballo.

Paz y, como siempre, espero que os sirva.

2 comentarios:

  1. Bienvenido nuevamente al mundo del Blog.
    Saludos de Gabriel

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  2. ¡José Manuel, tengo un problema! Creo que es una buena forma de empezar a escribirte. Bueno, antes de nada me presento, me llamo Javi. Monto desde que tenía 6 años pero siempre de forma interrumpida debido a importantes lesiones. Ahora tengo 17 años. Mi pregunta principal, antes de entrar en apuntes técnicos, es si en tu larguísima experiencia como profesor has, no tirado la toalla, pero si perdido la batalla con algún jinete. Si te has encontrado con algún alumno que hayas dicho: ¡Puf...es imposible, es un inepto, no sirve...! Yo soy muy pesado, no estoy gordo pero soy muy ancho, músculos muy grandes y unas piernas muy muy anchas. La verdad es que no soy muy estético a caballo. A veces me siento muy mal porque montar a caballo es mi vida, lo es todo para mi, no podría entender mi vida sin montar. Sin embargo, no soy capaz de hacer nada decente desde mi ultima lesión en mayo del año pasado. Cambie de profesor a uno totalmente diferente y me resulta muy dificil cambiar todo. Antes de preguntarte alguna de mis millones de dudas me gustaria que me dijeses que tu experiencia te dice que con seguridad, llegaré a ser un buen jinete a pesar de mis pocas aptitudes.
    Dios te bendiga maestro y gracias.

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