domingo, 9 de noviembre de 2014

ORTEGA Y GASSET (Don JOSÉ) Y EL DEPORTE


Ayer, como cada noche, entré en la página de  mi amigo Carolo. Y después de leer su “ME TEMBLABA EL SUELO”, éste dejó de temblar para mí. Llevaba mucho tiempo queriendo escribir sobre estas palabras, para mí maravillosas, de Don José acerca del deporte. Creo que nos ayudarán a aclarar ideas a enseñantes, padres y practicantes. Sin temor ni temblor voy escribiendo y que cada lector vaya sacando sus propias conclusiones. A continuación transcribo tres párrafos de su libro “LA CAZA Y LOS TOROS”, de la  Colección Austral (Editorial Espasa Calpe).

He aquí a los humanos colocados frente a dos repertorios opuestos de ocupaciones: las trabajosas y las felicitarias. Es conmovedor y de gran melancolía ver como en cada individuo combaten ambos. Los trabajos nos quitan el tiempo para ser felices, y las delicias mordisquean cuanto pueden el tiempo reclamado por el trabajo” (página 16)   

Las ocupaciones felices, conste, no son meramente placeres; son esfuerzos, y esfuerzo son los verdaderos deportes. No cabe, pues, distinguir el trabajo del deporte por un mas o menos de fatigas. La diferencia está en que el deporte es un esfuerzo hecho libérrimamente, por pura complacencia en él, mientras el trabajo es un esfuerzo hecho a la fuerza en vista de su rendimiento”. (p.22)

Esta es la contraposición ‘vivida’ en el significado originario de la palabra ‘deporte’, es decir, en su etimología. (Las etimologías no son meramente de interés lingüístico, sino que nos permiten descubrir situaciones ‘vividas’ efectivamente por el hombre y que en ellas quedaron conservadas ‘con pleno frescor de actualidad’, como la carne de los mamudes, conservada durante milenios en el hielo de Siberia y de que hombres actuales pudieron alimentarse.) La palabra ‘deporte’ ha entrado en la lengua común procedente de la lengua gremial de los marineros mediterráneos, que a su vida trabajosa en la mar oponían su vida deliciosa en el puerto. ‘Deporte’ es ‘estar de portu’. Pero la vida de puerto no es sólo el marino plantado en el muelle, con las manos en los bolsillos del pantalón y la pipa entre los dientes, que mira obseso al horizonte como si esperase que en su líquida línea fuesen de pronto a brotar islas. Hay, ante todo, los coloquios interminables en las tabernas portuarias entre marinos de los pueblos mas diversos. Esas conversaciones han sido uno de los órganos mas eficientes de la civilización. En ellas se transmitían y chocaban culturas dispares y distantes. Hay, además,  los juegos deportivos de fuerza y destreza. En la cultura trovadoresca de la Provenza aparece ya recibida la palabra; y con frecuencia en esta pareja ‘deports e solatz’, donde, al revés que ahora, ‘deport’ es, más bien, el juego de conversación y poesía, mientras que ‘solaces’ representa los ejercicios corporales: caza, cañas, justas, anillos y danzas. La pareja, pues, resume una vez más el eterno repertorio felicitario. En la "Crónica Oficial" de Don Enrique IV se emplea el verbo ‘deportar’ referido a la caza. Hoy juzgaríamos este uso como galicismo, y probablemente lo fue entonces -fue un provenzalismo-. Porque conviene recordar que los galicismos no son invento de estos últimos decenios

¿Qué me sugieren estas palabras, hoy, en pleno siglo XXI? Disponemos hoy en día de un tiempo de ocio cada vez mayor, impensable hace sólo medio siglo. Y en él, el deporte juega un papel muy importante. No se trata sólo de “llenar” ese tiempo sino, sobre todo, de sacarle partido ¡carpe diem!
Esta labor educativa ya se está aplicando en cantidad de escuelas de atletismo, fútbol, baloncesto, tenis, etc. En cambio, el movimiento poni que surgió como escuela para niños, resulta que ahora se ha convertido, fundamentalmente, en ganar como sea y a costa de lo que sea. El pagano, el poni sin lugar a dudas. Gracias a Dios, aún hay escuelas como Dios manda, desde Guadacorte hasta el País Vasco, pero creo que la Federación poco ayuda. Y también hay voces, desde Madrid hasta la periferia todo hay que decirlo, que no claman en el desierto, pero casi...
He repetido varias veces la palabra “escuela”. Y no sin propósito. Esta palabra procede originalmente (etimológicamente) del griego skholé que quiere decir nada menos que ¡ocio!. Y los primeros en utilizarla fueron los pitagóricos (¿quién no conoce el teorema de PITÁGORAS?). Porque utilizaban el tiempo de ocio para educarse  (según sus propios objetivos, claro; pero no dejaba de ser educación). Debió ser por aquella época  un tránsito parecido al de nuestra Historia reciente desde la postguerra de la última guerra mundial (hubiera podido poner contienda pero lo hubiera desvirtuado o edulcorado) hasta hoy, o sea, dos tercios de siglo aproximadamente. Incluso menos.  Porque hace exactamente medio siglo estuve trabajando durante las vacaciones estivales en la presa de Almendra (Salamanca) de peón, claro (entonces era estudiante de filosofía), ¡66 horas semanales! No había tiempo de ocio, sino tiempo para descansar ¡sólo el domingo! (razón: gente cansada -y más o menos ocupada-, no crea conflictos). Hoy, casi todo el mundo tiene disponible viernes tarde, sábado y domingo; algo impensable hace unos años.
Pero volvamos a la Grecia clásica, allá por el siglo V antes de Cristo, época de esplendor del teatro –tanto de la  tragedia como de la comedia– y que surgió, cómo no, para llenar ese tiempo de ocio de novísima generación y que además, educara.  ARISTÓFANES, en su comedia “Las Ranas”, nos deja el siguiente diálogo:
Esquilo:  ¿qué determina la grandeza de un poeta?
Eurípides: es el talento, el fin educador, y nuestro oficio de hacer mejores a los hombres en nuestras ciudades
Creo que no tengo nada más que añadir.

Paz y espero que le sirva a alguien

1 comentario:

  1. Confianza, respeto, empatía, cooperación, ... aptitudes y actitudes básicas y necesarias para poder llegar a un buen entendimiento y relación entre un hombre y un caballo... que se entiende también debieran ser entre humanos. Difícil encontrar mejores maestros que los caballos. Terapias, coaching, "mutuo" adiestramiento natural, vuelta a la naturaleza,... las posibilidades son enormes. El futuro esta en la creatividad, la cooperación, etc. y en enterrar el individualismo, la competición y ganar por encima de todo. Gracias maestro!!

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