viernes, 13 de diciembre de 2013

INDICE DE REPOSICIÓN DE YEGUAS MADRES



Los ganaderos deben ser absolutamente conscientes del nivel de calidad de sus reproductoras, ya que su calidad, -nunca la cantidad-, va a determinar el éxito o fracaso en la venta y decidir el futuro de su ganadería.

En líneas generales, un ganadero puede estar satisfecho de su trabajo, y puede considerar que ha tenido éxito, si al menos parte de la producción de una yegua madre es mejor que ella, es decir si al menos algunos de los hijos de una yegua son mejores que ella.

Según las yeguas se van haciendo viejas, todo ganadero debe considerar el reponerlas por otras más jóvenes, la reposición debe ser al menos por una yegua de igual calidad, -aunque esto es arriesgado-, y lo lógico es que sea hecha por animales de mayor calidad que sus progenitores.

El índice de reposición  es la manera en la que sustituyo a una reproductora por otra nueva. Lo lógico para sustituirla es porque la nueva es mejor y la madre se va haciendo vieja y ha cubierto las expectativas que se tenían de ella.

Tradicionalmente, al menos en nuestro país, la mayoría de la reposición de reproductoras se hace con sus propias hijas (hembras) nacidas en la yeguada, conservando sus propias líneas, y con ellas su  genética. Entonces la pregunta a contestar es: ¿Cuánto tiempo pasa desde que tengo una yegua madre reproductora hasta que consigo una hija mejor que ella como reproductora?

Vamos a verlo desde un enfoque puramente económico.

0 Año : Tengo una madre reproductora y hago la cubrición de mis sueños.
1 Año  Pare un producto, que puede ser macho o hembra.

En el caso más favorable de los posibles para el ganadero, este producto va a ser hembra y además vamos a suponer que el primer producto ya cubre las expectativas de ser mejor que la madre.
2 Años: La potra tiene 1 año.
3 Años: La potra cumple 2 años.
4 Años: En el caso de los Pura Raza Española que  pasan la valoración de apto como reproductor a los 3 años cumplidos. Cubro a la potra con el semental de mis sueños.
Año 5: El año de gestación de la potra, hasta que tiene el primer producto.


En este caso, que es el más favorable para el ganadero, los costes de la reposición son: los del primer año de  gestación de la yegua + los gastos anuales de la potra multiplicados por 4. Vamos a decir que los gastos anuales de mantenimiento por 5 años.

Si el criterio de selección son las PSCJ, o Pruebas de Selección de Caballos Jóvenes (ciclos de caballos jóvenes), como parece ser que es la corriente actual en Europa, y  que aquí fomentan tanto el Ministerio de Agricultura como las Asociaciones de Criadores, entonces el tiempo de reposición de una reproductora por su hija, que es mejor que ella, se alarga de la siguiente manera:

Hay que esperar a que la hija compita en el ciclo de las PSCJ que es de 4, 5 y 6 años.  Por lo que nos encontraríamos en:

0 Año: Si tengo una madre reproductora y hago la cubrición de mis sueños.
1 Año  Pare un producto, que puede ser macho o hembra.

En el caso más favorable de los posibles para el ganadero, es hembra y además vamos a suponer que el primer producto ya cubre las expectativas de ser mejor que la madre..
2 Años: La potra tiene 1 año.
3 Años: La potra cumple 2 años.
4 Años: La potra cumple 3 años.
5 Años: Primer año del ciclo de las PSCJ, para potros de 4 años.
6 Años: Segundo año del ciclo de las PSCJ, para potros de 5 años.
7 Años: Tercer año del ciclo de las PSCJ, para potros de 6 años.
8 Años: Cubro a la yegua con el semental de mis sueños.
9 Años: Nace el primer producto.

En este caso, que es el más favorable para el ganadero, los gastos anuales de mantenimiento por 9 años + Gatos de competición.

Esta es la situación ideal más favorable para el ganadero: que el primer producto sea hembra y que ésta sea mejor que su madre.

La realidad no suele ser así, ya que existen algunos trabajos hechos con PSI de carreras, en los que se demuestra estadísticamente que los mejores productos de las madres, los que la superan de verdad, se producen principalmente en la cuarta cría, cuando la madre ya tiene suficiente experiencia en la crianza, y suele ocupar un rango más elevado dentro de la jerarquía de la manada.

Parece ser que los números pueden variar del caso más favorable:

Gastos anuales de mantenimiento X 5 = Costes de 1 hembra para reponer en el caso más favorable, en los Pura Raza Españoles, sin competir.
Gastos anuales X 9 + Gastos de competición =  Costes de 1 hembra para reponer en el caso más favorable, si la elección se hace a través de los PSCJ + Gastos de competición.

Al caso más posible, si atendemos el trabajo en el que el mejor hijo de una yegua estadísticamente suele ser el 4º, los gastos de reposición serían:

Gastos anuales X 9 en los Pura Raza Españoles, sin competir.
Gastos anuales X 13+ Gastos de competición =  Costes de 1 hembra para reponer si la selección se hace a través de las PSCJ.


APLICACIÓN PRÁCTICA DEL ÍNDICE DE REPOSICIÓN

Lo primero que un ganadero debe hacer, y más en los tiempos actuales, es cuestionarse la calidad de cada una de sus yeguas. Para hacer esto es imprescindible tener información de su yegua, cuanto más mejor. Sobre todo conocer sus excelencias.

En el panorama actual de la cría en España ya raramente se cumple esto. En un porcentaje enormemente alto, que me atrevo a decir del 90% o más de las yeguas, falta información. Lo absolutamente normal es que las yeguas jamás hayan competido, que ni siquiera se hayan domado, y como guinda no solo no se han domado o competido ellas, sino que tampoco lo han sido sus hermanos, madre, padre, tíos abuelos y demás parentela.

En la mayoría de los casos los ganaderos se conforman con saber, a duras penas por hablar con algún “entendido”, los defectos morfológicos que tiene su yegua, y no por haberlas presentado a pista donde un juez -más formado-, le habría dicho los defectos y virtudes de su animal. El competir a un animal no solo sirve para saber sus cosas buenas y defectos, sino que también sirve para saber qué lugar ocupa con respecto a los demás, es decir para contrastarlo. Con esto quiero decir que cada ganadero suele saber perfectamente cual es el mejor animal de su casa, pero les falta la comparación de su mejor animal, con los otros mejores animales de otros ganaderos. Tal vez su mejor animal es de los últimos en comparación con lo de los demás, o no.

Una vez en ese punto, y de una manera u otra, el ganadero ha logrado saber que tiene un animal con 2, 3, 4 o el número de defectos que sean. Su intención habitual es reponer a esa madre con una hija, que se supone es mejor que ella. Lo normal también es que la mejor hija haya corregido algunos de los defectos de la madre, y atenuado algún otro, del que aún queda algo patente. Lo excepcional sería que la mejor hija haya corregido todos los defectos de la madre.

Aprovecho para volver a escribir esta buena frase:

A)    Mediocre Más Mediocre: sólo producen excelentes por accidente.
B)     Excelente Más Excelente: produce mediocres por casualidad.
C)     Excelente Más Mediocre: marca la pauta el más homocigótico.

El problema que debe plantearse el ganadero es:

Yo tengo una yegua con X defectos.
Para conseguir una hija mejor y reponer a la madre, en el caso más favorable y excepcional que no tenga ningún defecto, o en la que los defectos de la madre se hayan atenuado, voy a necesitar en dinero:

Del caso mas excepcional y favorable para el ganadero (el menos probable).
Gastos anuales de mantenimiento X 5. en los Pura Raza Española sin competir.
O bien:
Gastos anuales X 9 + Gastos de competición. Si acudimos a las PSCJ:

Al caso más posible:

Gastos anuales X 9 en los Pura Raza Españoles, sin competir.
Gastos anuales X 13+ Gastos de competición =  Costes de 1 hembra para reponer si la selección se hace a través de las PSCJ.

Si suponemos un coste de mantenimiento de una yegua en una finca o ganadería, tirando muy por lo barato de 1.000 € anuales, las cifras serían:

El coste para reponer por una hija, ya sin defectos o con defectos atenuados, a partir de mi yegua madre que al menos tiene dos defectos, va desde el caso más excepcional y favorable: 5.000 € al caso más posible de 9.000 €

Si pretendemos acudir a las pruebas del ciclo PSCJ.

Gastos en el caso más favorable=  9.000 € + gastos de competición*, que corriendo únicamente dos competiciones al año (la clasificatoria y la final) suponen un desembolso mínimo de 1.000 € al año. Como corremos el ciclo de 4, 5 y 6 años, es decir tres años compitiendo serían 3.000 € más. Lo que nos daría 12.000 €.

Gastos en el caso más posible= 13.000 + gastos de competición*= 16.000 €.

*Los gastos de competición entre licencias, entrenamientos, surtido de  accesorios varios como sudaderos, montura, vendas, mantas, protectores de embarque , camiones, alojamiento, inscripciones y el largo etcétera  , haciendo solo dos concursos anuales, que en las PSCJ sería una clasificatoria y la final, que son el mínimo obligado, suponen un mínimo de otros 1.000 € al año.


CONCLUSION

El ganadero tiene que analizar a cada una de sus yeguas, y preguntarse: ¿Crío con esta yegua, que tiene dos o más defectos, hasta conseguir una hija mejor y sin defectos, o con los defectos atenuados, que me va a costar en el caso más probable 9.000 €, o bien la vendo e invierto los 9.000 € más lo que me den por la madre en una futura reproductora ya sin defectos?

Tal y como está el mercado de las yeguas y potras hoy en día, las probabilidades de adquirir una yegua o una potra de óptima calidad para la cría desde 5.000 a 9.000 € son abundantes, y de conseguir un animal de calidad óptima y contrastado en las PSCJ por 12.000  a 16.000 € también lo son. Siendo una apuesta muchísimo más segura.

Si a pesar de haber llegado hasta aquí leyendo y aún duda si mantener una yegua mediocre o mala pagando mes a mes el dinero antes he expuesto como gastos o cambiar de golpe a una mejor reproductora, aun hay otras dos razones que, en mi opinión, inclinan aún más la balanza para hacer el cambio a una yegua de calidad, sin defectos y, si es usted sensato, contrastada. Estas dos razones son:

·         El tiempo: Durante los 5 a 9 años que dura el proceso hasta que obtienes a una hija que sea mejor que la madre, por desgracia es muy posible que pasen muchos imprevistos. ¡La de disgustos que dan los caballos!: heridas, cólicos, lesiones, accidentes que pueden ocurrir en cualquier momento y a los que la gente de caballos, por desgracia, nos tenemos que acostumbrar.

·         Si usted no tiene la yegua o potra buena, la tiene otro ganadero, su competencia. Si usted espera mejorar  de reproductoras a partir de una yegua mediocre en los próximos 5 a 9 años, su competencia también. No acortará distancias con la competencia………  o lo que es lo mismo siempre se mantendrá menos competente.

Aunque la falta de toda lógica o sentido, incluido el sentido común, indica que es una insensatez el criar con yeguas de calidad mediocre o sin competir, sin estar contrastadas,  hay una excepción por la que una yegua puede pasar a la cría directamente y es por el origen – por su genealogía-, cuando son hijas una gran campeona, o hermanas y tías de una gran campeona, pero siempre a través de la línea materna pura (la madre, de la madre, de la madre).


Paz y espero que le sirva a alguien.

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